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Mérida, Yucatán, México, 26 de marzo de 2025
Con más de 7 millones de pesos invertidos, la obra estrella del Ayuntamiento de Mérida se ha convertido en un monumento a la ineficiencia y la falta de compromiso con la ciudadanía.
En febrero de 2024, el Ayuntamiento de Mérida, encabezado por Alejandro Ruz (en suplencia de Renán Barrera Concha), anunció con bombo y platillo la construcción de una rampa eléctrica en el mercado Lucas de Gálvez. El proyecto, según se dijo, buscaba facilitar el acceso a personas con discapacidad, adultos mayores y compradores en general. La obra fue presentada como un ejemplo de inclusión y modernidad, pero a más de un mes de haberse encendido “a modo de prueba”, la realidad es otra: la rampa no sirve.
Lo que comenzó con una estimación de 3.2 millones de pesos terminó costando más del doble: 7 millones 535 mil 100 pesos, sin que hasta la fecha se tenga una solución definitiva. La responsable inicial del proyecto fue la Dirección de Obras Públicas, entonces a cargo de David Loría Madub (de la administración de Alejandro Ruz en suplencia del entonces candidato a gobernador Renán Barrera Concha), quien tampoco ha dado una explicación clara sobre el sobrecosto.
El 11 de febrero de este año, comerciantes y clientes del emblemático mercado central de Mérida pensaron que al fin la rampa estaba lista: se encendió, funcionó, y muchos usuarios pudieron utilizarla por primera vez. Sin embargo, la “alegría” duró menos de 24 horas. Al día siguiente, el Ayuntamiento aclaró que solo se trató de una “jornada de pruebas”.
Cecilia Patrón Laviada, alcaldesa de Mérida, declaró que la estructura no está operativa por problemas detectados: humedad, basura y hasta dulces en el interior de la maquinaria. Resulta inverosímil que después de invertir más de siete millones de pesos, la obra no soporte las condiciones mínimas de funcionamiento en un espacio público concurrido.
Mientras los problemas de movilidad y accesibilidad en los mercados municipales siguen sin resolverse, la alcaldesa ha enfocado sus mensajes en temas como la entrega de boletos para conciertos del Carnaval, como el del Grupo Cañaveral. ¿Dónde están las prioridades del gobierno municipal? ¿Por qué se prefiere invertir en espectáculos antes que en garantizar infraestructura funcional y digna para los ciudadanos?
La rampa eléctrica del Lucas de Gálvez debió ser un avance, pero hoy es símbolo del desdén y la falta de planeación del actual Ayuntamiento. Una obra pública que no cumple su función, que se anuncia sin estar lista y que sigue acumulando polvo, decepción y millones desperdiciados.
Ciudadanos consultados al respecto exigen una explicación clara y, más aún, una solución inmediata. ¿Dónde está el seguimiento técnico? ¿Quién responde por los fallos? ¿Y qué pasará con el dinero ya invertido?
Los mercados son el corazón de la vida urbana en Mérida, y el Lucas de Gálvez es un ícono que merece respeto, no obras fantasmas. La administración de Cecilia Patrón debe dejar de maquillar los fracasos y asumir su responsabilidad. No es un tema menor: es una promesa incumplida que golpea directamente a los más vulnerables.