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Si gana la opción "Anular voto", ganó el partido que más mal hizo las cosas realmente y que tuvo mayor éxito para comunicar a todos la mentira de que los demás partidos son iguales de malos que él.
Hay un partido que contiene gente de "río revuelto, ganancia de pescadores" y hay un partido que contiene gente que es significativamente diferente: gente que busca sinceramente hacer las cosas lo mejor que se puede para que el dinero público rinda, entre otras cosas.
Hay un partido que usa el dinero público para mostrar su imagen bonita. Hay otro partido que hace muchas cosas bien hechas y no gasta el dinero para decir que las hizo. ¿Cuál es más bueno?
No me digan que todos son iguales.
El adjetivito que les encanta —se les llena la boca, los labios, los dedos al teclearlo— usar a los "intelectuales" para calificar al partido que no eroga dinero para mostrar su imagen bonita: intolerantes. ¿Qué no toleran? Hasta hoy nadie sabe qué no toleren... ¿Se refieren a la ilegalidad, la injusticia, el contubernio, el desorden administrativo, el desorden fiscal y el mal uso del dinero? ¿Eso es lo que no toleran? ¿Deberían?
Y eso lo vimos. Lo vimos cuando ese partido fue gobierno. Que digan los que hoy son el gobierno en Yucatán con cuántos fondos recibieron el erario, cuántas obras ya estaban pagadas o presupuestadas con partidas específicas para sólo concluirlas. No, claro, eso jamás lo dirán.
Por alguna razón que hasta hoy no queda muy clara, la mayor parte de los medios se dedicaron a tratar de mostrar lo contrario de lo positivo y correcto que se estaba haciendo. Entonces, tenemos un país de gente que realmente ya no sabe ni cree en nada.
De ahí el "anulo mi voto". Es la resultante del "no creo en nada". Y es triste que a nuestro país sea al que peor le haya ido en esta parte de su historia. Lo único peor a vivir fregados, es no reconocer cuando la friega va en proceso de disminuir y creer que aún estando lo mejor que se puede dentro de las circunstancias, se continúa creyendo que se está peor y se denigra y rechaza la acción que se da para efectivamente salir de la porquería.
Todo lo hemos podrido. La democracia —que es elegir entre muchos a 1 entre 4 o 5— no funciona, porque heredamos la creencia de que cualquier institución que cuenta votos, lo hace mal. O heredamos la creencia de que "los de arriba" hacen y deshacen las cosas —casi magia— para que suceda lo que "la mafia quiere" y no lo que la suma de los votos dan.
Así AMLO dice que él ganó, igual que lo dice la Payán en Yucatán.
Y así, se contaron bien los votos, pero, ¡qué va! "La mafia" hizo "algo" —¡magia negra!— y no hubo tal democracia.
En el pasado, el fin de cada sexenio era una crisis. Pero ahora estamos en una crisis mundial y además sufrimos un brote de una influenza de nueva cepa que había que tratar con cuidado y nos costó miles de millones. Ahí tenemos los videos de los de los 71 años: "los que nos han empobrecido más rápido son éstos..."
Lo grita el maldito y se le retuercen los labios. "Éstos nos han empobrecido más rápido que jamás lo hicimos 'nosotros'..." Es el cinismo en su última expresión. Y la confusión a los que estuvieron jugando mientras se daban estos combates y que hoy acudirían a votar —o a "anular su voto"— continúa siendo falsa.
Hemos tenido en México gobiernos con las intenciones claras, transparentes, de hacer correctamente las cosas. ¡Qué va! ¡No lo creemos! "¡Todos son iguales!" Gritamos como borregos.
El gobierno de la ciudad de Mérida es eficiente, eficaz, ordenado. Nos dijeron el otro día: "vean qué mal está el Paseo Montejo". Lo fuimos a ver: en efecto, estaban trabajando en jardines. Hubo unos días de seca que dejaron todo muy mal, con todo y el riego regular. Pero ahí está hoy, atendido, exactamente igual que al día siguiente del martes de carnaval, a las 6:30 de la mañana, no había un solo artefacto carnavalesco en donde no debería estar.
Aprendimos en esta ciudad a gobernarla con eficiencia. ¿Defectos? Sí, los hay. Son humanos. Pero, por cada bache que se encuentra en Mérida, se encuentran 10 ó 15 en ciudades importantes cercanas que son gobernadas por grupos ladrones, irresponsables, verdaderos hampones de la política... ¡Ah, no! Pero "todos son iguales". ¿De verdad son iguales?
Entonces, la intelectualidad izquierdoide, trabada en el modelo de la guerra del proletariado —en vez de reconocer que sólo la tecnología puede liberar al ser humano de su miseria colectiva y que para desarrollar tecnología se necesita mucho capital de riesgo para investigación— ve a todo aquel que no insulta a la curería —o no la desprecia abiertamente— como "intolerantes" y degrada o subestima todo lo que se haga como "maquillaje de la burguesía".
El nihilismo total. Nada vale, nada sirve, todo es basura, todo es porquería. Es la cargada insistente del comentarista que en la TV, con cara de cínico desacredita con ironía la acción de los militares que combaten al crimen organizado: "es pura propaganda política".
En nada se cree. Es lo peor que le pudo haber pasado a nuestro país: perder la confianza en nosotros mismos y desacreditar a todos, creer en nada. Nos hemos convertido en verdadera basura social porque lo mejor que pudimos haber apoyado o sostenido, la mentira nos hizo dudar y ahora todo es desecho.
Se está fraguando un infame lanzamiento mediático calumniador. Una delincuente, al parecer, se ha aliado con el poder del estado de Yucatán y está a punto de mentir ante autoridad jurídica para involucrar a inocentes y darle así una puñalada mortal a los que no supieron comunicar bien las cosas buenas que hicieron.
Mentir mediáticamente debería ser en México delito cuya pena sería el corte de lengua, ojos, oídos y manos del delincuente. Los países musulmanes por algo instituyeron que el robo se castigara con corte de la mano en público... y así lo lograron disminuir. Hay que darles un escarmiento a los mentirosos mediáticos y a los que pagan para que se perpetren los escándalos falsos, como el que se le pretendió fraguar al de los terrenos por quien hoy pretende ser "diputada", por órdenes de quien ama sólo "su imagen".
Poner una denuncia falsa ante el ministerio público debería castigarse con años de cárcel, muchos. Es peor que la extorsión, porque es buscar el aparato de justicia de la sociedad para que basado en una mentira actúe contra un inocente.
Hay impunidad en este país. Los transgresores de la ley no son correctamente castigados. Quedan impunes. De hecho, a veces, quedan premiados. ¿Cómo pueden vivir consigo mismos? ¡Basura total!
En la red informática este artículo continúa con la parte relativa a la vida comunitaria de la cual adolecemos totalmente.