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Abrir la puerta, ceder el lugar, pagar la cuenta, ponerse de pie al saludar a una mujer, son signos del código de etiqueta ya olvidados por muchos hombres: ¿están extintos los caballeros?
La doctora en antropología social e investigadora de la Unidad de Ciencias Sociales del Centro de Investigaciones Regionales de la UADY, Gina Villagómez Valdez, señala que los gestos de caballerosidad están extintos entre los jóvenes, por considerarlos obsoletos e incluso ridículos.
Añadió que la caballerosidad poco a poco se fue olvidando al grado de que cada día es más común escuchar que los jóvenes ya no pagan la cuenta cuando invitan a una mujer a un restaurante, no ceden el paso y mucho menos abren las puertas para que su acompañante pase.
—Puede haber muchas causas de esta situación. Una puede ser que los padres dejaron de enseñar esos detalles a sus hijos, otra que los jóvenes lo consideren ridículos o que tengan miedo de que las mujeres se rían de ellos por practicarlos, e incluso el desprecio que algunas muchachas tienen por la caballerosidad porque creen que las hace parecer inútiles.
Explicó que estas prácticas, que antes eran consideradas como símbolo de respeto entre las familias, se fueron olvidando a partir de la década de los 80 cuando los padres relajaron la disciplina con sus hijos. Se combinó con el cambio de modelos de masculinidad y femeneidad, como el de ser muy protector y ser frágil y recatada, respectivamente.
Los caballeros, sin lugar entre las nuevas generaciones
Entonces, ¿están extintos los caballeros?
—En las nuevas generaciones se puede decir que sí. Los únicos que practican esas reglas de cortesía hacia una mujer son mayormente hombres de generaciones anteriores
{xtypo_quote}La cortesía, educación y buenos modales no deben tener género, edad, ni clase social{/xtypo_quote}
Señaló que la caballerosidad se remite al siglo XVIII como un invento de la burguesía europea que más adelante se trasladó a nuestra sociedad patriarcal en la que el hombre domina.
Agregó que en realidad, la serie de atenciones hacia la mujer disfrazaban el sentido áspero de la masculinidad, en que el hombre proveía a la mujer, pero también la dominaba y tomaba todas las decisiones.
—Al principio se dio como un forma de enmascarar la desigualdad entre hombre y mujer, considerando a ésta demasiado frágil y dependiente del varón, razón por la cual muchas mujeres en la actualidad no la aceptan.
La Dra. Villagómez Valdez explicó que los conceptos de "caballero" como el hombre fuerte, educado, que no expresa sentimientos y brinda protección, así como el de "dama", como pura, recatada y sacrificada, fueron pronto relacionados socialmente como pertenecientes a personas de buenas costumbres, buena familia y de posición social elevada. Hasta hoy, estos conceptos siguen siendo altamente valiosos por muchas familias conservadoras.
Advirtió que la caballerosidad no sólo disfraza una forma de poder sobre la mujer, sino que también encierra una doble moral, ya que un hombre nunca dejará de ser un caballero aunque vaya a un congal, mientras que una dama sólo lo es si observa siempre un comportamiento respetable.
La socióloga cuenta que esta formación de caballero o dama se imponía de forma muy estricta a los hijos en los 60 y 70, pero en los años 80, con el boom de los derehos internacionales, de las mujeres, de los niños, etc.; las mujeres se volvieron más autónomas y el movimiento feminista rechazó ser considerado el "sexo débil". Con ello, muchas mujeres también comenzaron a rechazar los actos caballerosos.
Actualmente esta misma independencia de las mujeres y la educación relajada han llevado a que cada vez menos jóvenes desarrollen estos actos de cortesía con las mujeres, muchas veces por temor al ridículo, o por considerar estas costumbres como anticuadas o pasadas de moda.
Sobre si en realidad la mujer es la que ha contribido a la desaparición de actos de caballerosidad, la Dra. Villagómez Valdez explicó que muchas veces maneja una doble ideología, ya que por un lado busca independencia, pero por otro, quieren seguir dependiendo de los hombres.
—A la mujeres más feministas no les gusta que les abran la puerta y pueden decirle al hombre: "si no soy inválida". Sin embargo, las mujeres también deben aceptar que el hombre sea caballeroso.
¿Qué se debe hacer entonces? ¿esperar a que el hombre actúe según el código de etiqueta o ignorar dicho código?
—Hay un código de miradas, por el que se puede identificar si el hombre va a tomar la inciativa o no. Yo cuando voy a un restaurante con un hombre, me pongo junto a la silla y espero dos segundos. Si en dos segundos el hombre no hace el intento de jalarme la silla, yo la jalo y me siento, pero le doy pie a que lo haga.
—La mujer siempre debe ser autónoma, aceptar los actos de cortesía, pero no depender de un hombre. Si carga con algo pesado, etc., debe aprender a hacerlo sola; así como también, trabajar para mantenerse a ella misma.
{xtypo_quote}Yo siempre le digo a una mujer que no tenga los hijos que no pueda mantener, ¿que tal si su pareja se muere, la deja, se divorcian?{/xtypo_quote}
La investigadora Gina Villagómez en sus oficinas de la Unidad de Ciencias Sociales de la Uady
La investigadora dijo que los actos de cortesía hacia la mujer deberían seguir existiendo precisamente como eso: "actos de cortesía", ya que muchas mujeres siguen considerando estas atenciones como un modo de respeto y aprecio.
—Los actos de caballerosidad deben entenderse como actos de cortesía, a un hombre no le quita en nada ser cortés con una mujer y viceversa.
¿Es algo negativo que se hayan perdido estas prácticas para con la mujer?
—Nada es positivo ni negativo en la cultura. Todo ha tenido sus consecuencias, eso sí. Lo que nunca debe perderse es la cortesía ni los buenos modales y ésos no tienen género —finalizó.
{xtypo_rounded2}Sobre el mismo tema, la Mtra. Hilaria Maas Collí señaló que la falta de educación en valores en los niños ha contribuido en la pérdida de buenas costumbres.
Agregó que ha visto este fenómeno principalmente en los pueblos, donde los niños han dejado de saludar a sus mayores y le faltan al respeto incluso a sus padres.
—Uno de los principales lugares donde he visto el proceso de deterioro en la práctica de valores es en mi pueblo Huhí, donde los niños ya no comparten sus cosas y van siendo educados en un individualismo tal que no les permite pensar en los demás.
En cuanto al motivo de ese factor, respondió que los padres tuvieron una disciplina muy estricta y al querer relajarla dejaron de lado muchos aspectos importantes como el enseñarle al niño que no siempre va a poder obtener lo que quiere.
—Pero por ser más fácil, prefieren no ponerle límites al niño y dejarlo ser, lo que más adelante repercutirá en los pequeños y en la sociedad afirmó.{/xtypo_rounded2}
{xtypo_info}Conductas de caballerosidad básicas