726 palabras
Mientras se mantenía en conferencias de prensa que no había influenza en el estado, se daba tratamiento a casos que daban "positivo" en el laboratorio local
El brinco súbito de cero a 18 casos de influenza en unos días (y de ayer para hoy a 35) parece no importarle a nadie, como si no tuviese graves y escandalosas implicaciones. Desde mi punto de vista estamos ante un caso muy serio de mentira y ocultamiento de información de la Secretaría de Salud del Estado de Yucatán.
Los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) establecen que un caso sospechoso es aquel que reuna los síntomas característicos de la enfermedad. En ese momento el médico tratante reporta a la autoridad sanitaria. La Secretaría de Salud del Estado debe realizar entonces la prueba (en faringe y/o en sangre) y determinar si se trata de influenza.
Los 17 casos que “aparecieron” de repente dieron positivo a la prueba de inmunofluorescencia para influenza A aquí en Yucatán. Ésos se llaman, según la OMS, casos probables, con criterios clínicos y una prueba positiva. Sólo faltaba la confirmación en el laboratorio central del gobierno federal para tener casos confirmados de H1N1. Éste es el paso que se ocultó a los yucatecos.
Mientras, la gobernadora Ivonne Ortega sostenía en sus conferencias de prensa “que nuestro estado se encuentra entre las pocas entidades con cero casos”.
Al mismo tiempo, en virtud de que las 17 personas habían dado positivo en el laboratorio local, el doctor Álvaro Quijano Vivas confesó que ante la positividad en sus laboratorios y la espera de la confirmación federal, se les proporcionó tratamiento antiviral y se inició la vigilancia de los casos, de sus familiares y/o contactos.
Eso nunca fue informado a los yucatecos, relajando la alerta en que nos hubiésemos mantenido todos si la información hubiese fluido. La información transparente y correcta hubiese sido: “Tenemos 18 casos probables en Yucatán, positivos a influenza tipo A. Sólo falta su confirmación en el laboratorio central en el D.F.” Se prefirió seguir diciendo: “Cero casos en Yucatán”.
Mientras el gobierno federal ha preferido excederse en transparencia calificando como sospechosos a los casos no confirmados y depurarlos de la estadística hasta que se descarta su positividad, en Yucatán se prefirió “tapar” los casos que ya eran positivos en su laboratorio y que estaban incluso ya recibiendo tratamiento antiviral. Sólo esperaban la confirmación para la cepa H1N1 en la metrópoli.
Sucedió igual que en el número de municipios afectados por el huracán “Dean” —para acceder con trampas a los recursos del Fonden— e igual que con el número de “acciones de vivienda” informados, para hacer creer que eran del gobierno estatal los logros del Infonavit y otras dependencias federales; igual que las mentiras de todo lo gastado en el avión Turbocomander y en los cientos de millones dispendiados en Comunicación Social. La mentira y el ocultamiento han sido la constante en la actual administración estatal.
Lo que no es admisible es que se haya puesto en riesgo la salud de todo un estado, generando la sensación de confianza sobre bases mentirosas, cuando ya las pruebas le daban positivo al gobierno del Estado y únicamente estaba pendiente confirmar la cepa H1N1. Nos ocultaron los casos llamados probables, es decir los que ya tenían un diagnóstico positivo a influenza A en el laboratorio local. Algunas preguntas que deben ser contestadas son: ¿En qué fecha realizó y tuvo resultados positivos cada uno de esos 17 casos la Secretaría de Salud del Estado de Yucatán? ¿En qué fecha se les dio tratamiento antiviral? ¿En qué fecha recibieron atención los contactos de esas 17 personas? Y la más importante: ¿Por qué no se nos informó?— Mérida, Yucatán, mayo de 2009.