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Se ha estrenado la más reciente producción del cineasta estadounidense Michael Mann y lleva por título Enemigos públicos. Mann es el autor de filmes como El último de los mohicanos, Colateral y Ali. Además de un buen director, esta cinta tiene el lujo de reunir a dos de los mejores actores de Hollywood: Johnny Depp —Los piratas del Caribe— y Christian Bale —Batman. El caballero de la noche.
Enemigos públicos es una revisión histórica de la vida de John Dillinger, el criminal más famoso de los años 30’s en Estados Unidos. Dillinger se especializó en el robo de bancos y puso en jaque a la policía de Chicago por su habilidad para escapar y lo imprevisible de sus atracos. Este ladrón ocupó durante largo tiempo la atención de la prensa, llegando incluso a publicitar su imagen a través de cartas, como aquella que le envió a Henry Ford —fundador de la famosa empresa automotriz Ford— agradeciéndole que construyera autos veloces ya que le ayudaban a eludir a la policía.
Sí, John Dillinger fue todo un personaje. Un hombre que sólo asaltaba instituciones bancarias y estaba en contra de robarle a la gente. Reprobaba el secuestro, ya que dañaba directamente a los ciudadanos y le preocupaba mantener una imagen pública. Llegó a ser tan famoso que era la segunda persona más popular después del Presidente. Pero aún así, este ladrón se convirtió en el enemigo público número uno, y tuvo tal influencia que gracias a él el robo bancario se convirtió en delito federal y provocó la reestructuración del FBI.
La cinta aborda el último año en la vida de Dillinger, entre su última salida de la cárcel y el momento en que fue baleado por la policía de Chicago mientras salía de un cine. Más que un estudio sobre la criminalidad durante la gran depresión, Mann hace un relato que enaltece los mejores rasgos del personaje. Se nota su simpatía por el protagonista en la representación tan romántica que nos traza.
En realidad esta es la cuarta ocasión en que se aborda la vida del famoso roba bancos, pero el mérito de Mann es haber reunido a un gran talento actoral. Johnny Depp interpreta al propio Dillinger, mientras el camaleónico Christian Bale da vida a Melvin Purvis, agente del FBI encargado de la captura del delincuente. La actriz Marion Cotillard completa una tercia de grandes ligas que sin duda es el mayor encanto del filme.
La dirección artística logra una buena ambientación de los años 30, especialmente en las escenas de exteriores. Para infortunio del señor Mann, el formato digital que utiliza impide un mayor alcance estético. Puedo intuir que la decisión de emplear video y cámara en mano es para acentuar un estilo biográfico, pero choca fuertemente con las convenciones formales del cine de gángsters. Además, nunca logra adentrarse a Dillinger ya que su visión entusiasmada limita el desarrollo del personaje, acrecentando así sus equivocaciones de forma.
Enemigos públicos consigue sostener una historia a partir del choque de dos personajes de gran fuerza. Purvis no solo funciona como la antítesis de Dillinger, en el fondo comparte su preocupación por la opinión pública. Purvis debe rendir cuentas como un hombre de ley que sabe cumplir bien con su trabajo, mientras Dillinger debe mantener su status como ladrón de gran astucia. El director eligió muy bien a los actores, pues el simple enfrentamiento de personalidades entre Johnny Depp y Christian Bale es suficiente para establecer antagonismo de grandes proporciones y que merece la pena de pagar un boleto.
El casamiento de Raquel
La gran recomendación de la semana. El director es Jonathan Demme, quizá lo recuerde por “El silencio de los inocentes”. La protagonista es Anne Hathaway que se ha especializado por hacer comedias poco brillantes. Al parecer, Hathaway se ha decidido a hacer proyectos más interesantes. Que bueno, porque creo que puede dar mucho como actriz. Todo incluido
Cooproducción México-Chile. Se trata sobre conflictos entre personajes a raíz de un viaje a la Riviera Maya. Vaya con cierta cautela ya que el protagonista es Jaime Camil, lo cual no es buena señal para una película. No tengo nada personal en contra del Sr. Camil, simplemente ha hecho cintas muy malas.