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Es mi intención compartir con nuestros lectores amantes de la cocina, que para poder comprender profundamente el proceso de "Cocinar" hay que adentrarnos en la parte "Humana" y vivir desde la percepción más allá de nuestros sentidos, incluso darle oportunidad a la vida de mostrarnos que nuestras emociones contribuyen de manera directa e indirecta al resultado de nuestros alimentos, y éstos van directo a nuestros cuerpos y, por ende, a nuestras relaciones diarias.
El veda habla de 4 fuerzas fundamentales de la naturaleza: 1.Sattwa Pureza, 2.Rajas Energía, 3.Tamas Innercia o destrucción, y 4.Om como el conjunto de las tres en uno solo. Suena familiar con el Padre, el Hijo y el Espiritu Santo y el conjunto de estas tres en uno. Lo mismo se repite en todo lo creado, no creado, la energía del amor y el conjunto de los tres en uno en todo lo que existe.
Ferran Adriá el mejor chef del mundo, usa una técnica innovadora de cocinar que llama "deconstrucción", basada en Tamas, representada por la destrucción y la construcción por Sattwa. Sin embargo, esos alimentos —que son Rajas, o sea, basados en energía, tal como el chile, que acelera el metabolismo y los sentidos y el ajo que viene de la tierra— son más bien tamasicos. Nos hacen más densos y ambos nos des-vulnerabilizan de la experiencia del aquí y ahora, y nos mantienen separados de nuestra vivencia interior.
Si comer con conciencia fuera únicamente mezclar ingredientes o engullir alimentos como ratas, entonces estaríamos perdiéndonos de la parte más importante y profunda de lo que la cocina es.
Qué mejor forma de cocinar que conociendo a quien prepara y a quien engulle: "el ser humano". Mientras ponemos en práctica las "técnicas" de cocina, esos conocimientos nos aseguran un producto no sólo rico en sabor, textura, color y perfección, sino también en el equilibrio de la energía que lo contiene.
Así que esta semana y las subsiguientes, con el objeto de prepararnos para la Navidad y el año nuevo, en vez de darles la receta del pavo o del bacalao a la vizcaína —que muy bien pueden conseguir en toda la web— les regalo una visión de lo que el ser humano puede o no lograr si se permite SENTIR por medio de lo que se prepara para cocinar y para comer.
Nuestra visión y entendimiento de la condición humana es cultivada por nuestra experiencia del estado despierto de la conciencia. Pensamos que estamos aislados en el espacio y el tiempo uno de otro. Pensamos que estamos separados y solos. Pero eso es solo una creencia. Concluimos que es difícil o imposible influenciar profundamente el pensamiento y comportamiento de otros por medio de lo que se come. Creemos que sólo con grandes gastos de energía, tiempo y compromiso podemos tener éxito en lograr que otros vean nuestra perspectiva y se pueda lograr algo. No siempre se consigue mucho: todos estamos buscando satisfacer nuestras necesidades y juzgar al vecino antes de que puedan vernos como realmente somos.
Esta creencia es el resultado de la experiencia diaria debido a nuestros sentidos. Pero nuestros sentidos nos engañan, aquí como en todas partes. La realidad de nuestro ser es que sí podemos absolutamente cambiar sin esfuerzo, cambiarnos no solo a nosotros mismos sino también a todos en el planeta, en el pasado, futuro o el presente. Si esta idea aparece como extraña, es sólo porque estamos acostumbrados a pensar de nosotros mismos de manera lineal, como seres finitos con habilidades y funciones estrictamente limitadas.
Si pensamos en los miembros de nuestra raza —las grandes almas— casi siempre pensamos que sus acciones son sus logros. Pero sus verdaderos logros son de la realidad interior que ellos han desarrollado. Sus actos externos sólo son su superficialidad. Los ingredientes pueden ser muy finos, el equilibrio de los colores y texturas exquisitamente hermosos, los sabores profundos y perfectos. Todo es totalmente sin valor si el ser que los prepara y los consume no es un ser consciente de su propia interioridad. Cuando se conoce ese lado de la vida, todo toma un sentido más expansivo y la ejecución del arte que más nos llene se comparte a manos llenas.
Brillat Savarin, el gran filósofo, escribió La Fisiología del Gusto. El libro cuenta con 8 volúmenes donde hay pocas recetas pero muchas anécdotas y observaciones que cubren todos los aspectos de los placeres de la mesa, matizado con humor y auto ironía. Su libro está compuesto por treinta "Meditaciones", cada una de las cuales ocupa un capítulo. Tratan de los sentidos —al menos seis, según el autor— que incluyen también el amor físico, "que atrae a los sexos con el fin de la reproducción de la especie" y de los diferentes tipos de apetito. Se encontrarán también observaciones sobre la sed, la naturaleza de los alimentos, la gula, los médicos, la digestión, el sueño, y luego consejos prácticos.
Es memorable el capítulo sobre "el arte de freír", al mismo tiempo sublime e instructivo para todo aficionado a la cocina. Y yo, el Chef Yucateco, estoy creando una manera nueva de verla, La cocina a conciencia.
La Cocina es el corazón de una casa, es el centro de la Nutrición —en Inglés se dice "nurturing" que significa "Brindar Amor". Es curioso que durante las comidas que compartimos en nuestras casas todos los días, es como nos conocemos más, cuando nos juntamos a comer se resuelven muchas de nuestras diferencias en nuestras perspectivas de vida y también se crean las grandes uniones y grandes pletios.
Hace unos días hice una cena para una pedida de mano. Cocino para grandes reuniones que denotan felicidad y el sabor y la textura de los alimentos son el broche de oro que firma para el cumplimiento del "bien sentirse" de los comensales.
La cocina, es el proceso por el cual nosotros los seres humanos conocemos el "beso". Cuando quieres a alguien lo quieres besar: la unión de las bocas. Cuando éramos pequeños nos daban papillas para comer, pero antes de que exista la licuadora —y aún hoy en lugares remotos de nuestro planeta— es Mamá o Papá quien pre-mastica la comida para empezar la digestión por ellos y pasarla a sus hijos por medio de unir las bocas: esto es, la licuadora y el beso, juntos. (Continuará)