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NUEVA YORK, Nueva York, EE.UU., 20 de septiembre.- Las primeras investigaciones del tiroteo de ayer por la noche en el Sur de Chicago, que ha dejado 13 heridos, apuntan a que se trató de un enfrentamiento entre bandas criminales, según informaron fuentes policiales.
Varios testigos informaron a la Policía de que el incidente comenzó cuando dos personas todavía no identificadas se bajaron de un sedán de color gris y comenzaron a abrir fuego contra un grupo de personas reunidas en una cancha de baloncesto en Cornell Square Park, en torno a las 22:15 horas del jueves (las 04:15 de hoy, hora peninsular española).
Otro testigo, el pastor Corey Brooks, indicó no obstante que los disparos fueron efectuados por un solo individuo. Todavía no se han efectuado detenciones.
Las víctimas evolucionan favorablemente, en particular el pequeño de 3 años de edad que resultó herido grave en el tiroteo al recibir un balazo en una oreja. El niño, que ya ha sido estabilizado, ha sido intervenido con éxito aunque no se descarta que vuelva a pasar por el quirófano para reconstruir el tejido dañado.
El Alcalde de Chicago, Rahm Emmanuel, ha comparecido ante los medios para apoyar a las víctimas y condenar "un acto de violencia sin sentido" cuyos responsables "serán llevados ante la Justicia y procesados con todo el peso de la ley", según recoge el Chicago Tribune.
La violencia entre pandillas volvió la noche pasada a Chicago con un tiroteo en el que se llegó a utilizar incluso un fusil de asalto "de uso militar" y que dejó trece heridos, entre ellos un niño de 3 años, en estado grave.
El superintendente de la Policía de Chicago, Garry McCarthy, calificó hoy de "milagro" que nadie resultara muerto a causa de los disparos efectuados con el fusil, "un arma de uso militar cuyo uso no se puede aceptar en las calles de Chicago".
"Por un milagro no hubo ninguna fatalidad. Las armas ilegales provocan violencia y tenemos que renovar los esfuerzos para erradicarlas de las calles", agregó McCarthy en conferencia de prensa.
El superintendente manifestó que a raíz del incidente varios sospechosos están siendo interrogados, mientras que el concejal del Distrito 20, Willy Cochran, declaró a los medios que la Policía ha detenido al menos a una persona.
Aunque se trata de uno de los barrios de Chicago con mayor concentración hispana, los informes policiales indican que las víctimas fueron afroamericanos que asistían por la noche a un juego de baloncesto en el parque Cornell de Las Empacadoras.
Los disparos habrían sido realizados por un hombre que luego escapó en un automóvil Chevrolet Malibú color marrón. McCarthy señaló que la Policía cree que los disparos están relacionados a las tensiones entre las pandillas Black P. Stones y Gangster Disciples, ambas presentes en el área, por lo que varios de los heridos serían pandilleros.
El Alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, calificó el tiroteo como un "acto de violencia desvergonzado y sin sentido", y ha suspendido una visita a la Casa Blanca, en donde tenía previsto entrevistarse con el presidente Barack Obama.
El pequeño de tres años, identificado como Deonta Howard, recibió un balazo que le atravesó las mejillas y fue sometido hoy a una cirugía plástica en el hospital Mount Sinai. El pastor Corey Brooks, de la iglesia New Beginnings, informó en nombre de la familia que el niño se encuentra en estado "grave, pero estable".
Según estadísticas recientes, la violencia callejera ha visto aumentarse en la ciudad debido a enfrentamientos entre pandillas en lugares públicos, lo que provoca víctimas inocentes por el fuego cruzado. El año pasado Chicago registró 535 homicidios, y en lo que va del 2013 se cuentan casi 300 muertes.
Según cifras de la Policía, entre el 75 y el 80% de los asesinatos cometidos en Chicago se pueden atribuir a la actividad de unas 600 pandillas enemistadas entre sí. (Agencias)