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México (5 de agosto).- Los nuevos trabajadores no sindicalizados de Pemex y CFE ya no gozarán de las mismas ventajas que tienen sus actuales trabajadores, pues las leyes aprobadas por el Congreso de la Unión impiden dar privilegios como regalarles el servicio de energía eléctrica, el gas LP o entregarles petróleo o gasolinas.
Y aunque los 120 mil trabajadores sindicalizados de Pemex, la mayoría integrantes del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), y los 55 mil 648 de la CFE, miembros del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM), mantendrán intactos todos sus derechos adquiridos, porque así los protege la Constitución y las leyes, ahora estarán obligados a abrir sus contratos colectivos y los donativos que les hagan las empresas.
Los cambios que implican la Reforma Energética, en su parte jurídico-administrativa, que ayer concluyó su paso en el Poder Legislativo, porque el Senado lo envió al Ejecutivo federal para su publicación en el Diario Oficial de la Federación, implican cambios en las relaciones laborales para los nuevos empleados, y a pesar de la transformación de empresas paraestatales a empresas productivas podía implicar el despido de los actuales trabajadores, el gobierno federal, el PRI y el PAN acordaron mantener a los actuales empleados y garantizarles todos sus derechos adquiridos a lo largo de los años.
De esta forma, tanto el sindicato que lidera el senador Carlos Romero Deschamps, como el que dirige Víctor Fuentes del Villar, mantienen como interlocutor directo de las negociaciones sindicales para el aumento salarial y la revisión del contrato colectivo al director de las respectivas empresas, y no al Comité de Recursos Humanos que se formó con esta reforma.
Además, mantienen su derecho a ser los únicos autorizados para decidir sobre las plazas sindicalizadas; a que las empresas acuerden con ellos los cursos de capacitación y a que se respeten en absoluto los derechos laborales adquiridos durante los años que tienen como gremio; además, el Estado garantizará el pago del billón 119 mil 208 millones de pesos que implican las pensiones y jubilaciones de los extrabajadores y empleados en activo de Pemex y los 451 mil 788 millones de pesos que implican los 40 mil 599 trabajadores jubilados de CFE y los actuales trabajadores en activo.
Sin embargo, el STPRM ya no tendrá los cinco lugares en el Consejo de Administración de Pemex y tendrá un año para acordar con la empresa un nuevo esquema de jubilaciones, para que se eleve la edad de jubilación, de 55 a 65 años, así como crear cuentas individuales.
El SUTERM sí conserva sus lugares en el Consejo de la CFE, pero debe reestructurar sus pensiones y jubilaciones.
Pero ahora los sindicatos tienen que colocar en internet hasta los donativos que les hagan, los salarios que les pagan y las prestaciones que les otorgan.- (Excélsior)