2656 palabras
MEXICO, D.F., 27 de diciembre.- En el ciclismo mexicano impera el dopaje: en la mayor parte de las competencias no se efectúan revisiones, las sustancias se consiguen casi libremente y los propios entrenadores las proponen, además de que las autoridades no dan a conocer los nombres de los dopados ni las sustancias que consumen. Así, incluso la Selección Nacional mantiene a un integrante que fue descubierto transportando sustancias prohibidas y a un entrenador que fue castigado por usarlas cuando era atleta.
José Alfredo Aguirre, el ciclista impune. (Notimex)
En abril pasado, el ciclista mexicano José Alfredo Aguirre fue detenido por agentes aduanales en el aeropuerto de Alicante, España, proveniente de México, porque entre su equipaje llevaba eritropoyetina (EPO) y hormona del crecimiento humano (HGH), lo que viola el Código Mundial Antidopaje (CMA). Fue liberado después de unas horas, pero el caso no se cerró.
A nueve meses de ese hecho, Aguirre, deportista jalisciense e integrante de la Selección Nacional, no ha sido sancionado por la Federación Mexicana de Ciclismo (FMC) ni por la Unión Ciclista Internacional (UCI), instancias responsables de abrir un procedimiento y analizar el caso. Por el contrario, el atleta ha participado en tres competencias: dos en México (Campeonato Nacional y Campeonato Panamericano, ambos de pista, en agosto y septiembre en Aguascalientes) y una carrera de ruta en España.
El lunes 15, el diario deportivo español AS publicó que el pedalista de 20 años, integrante del equipo profesional Mutua Levante, reconoció que sí trasladaba EPO y HGH, pero sin saberlo:
“Me agarraron, sí. Los productos me los dio José Maldonado (sic), un ex corredor del Mutua Levante, para que se los entregara a José Vicente Peidró, el director de la escuadra. No sabía que me había involucrado en un lío. Eché la bolsa en la maleta sin taparla especialmente, mezclada con la ropa. Creía que no realizaba ninguna cosa prohibida, sólo un favor. No obstante, asumo las consecuencias de mi conducta y cualquier sanción que me asignen por aquella torpeza. Volé el jueves en el que me prendieron y regresé el miércoles siguiente (a México), por recomendación de Peidró y por miedo a que me metieran en la cárcel”, dijo Aguirre al reportero de AS.
Horas más tarde, cuando la noticia llegó a México, el diario Reforma publicó en su página en internet otras declaraciones de Aguirre. El ciclista aseguró que el presidente del Mutua Levante le dijo que había acordado con José Gómez Maldonado, El Grillo, que le mandaría las sustancias a través del servicio de paquetería de una aerolínea y no con él.
“Confié de más en El Grillo, él me pidió el favor de llevar una caja; sólo me dijo que eran medicinas. Me fui a España, metí la cajita en la maleta de la ropa, nunca me fijé qué era, la mera verdad. En el aeropuerto pasaron la maleta por rayos X y me preguntaron por qué traía eso, y les respondí que para el dueño del equipo Mutua Levante, que no eran mías”, declaró Aguirre.
– ¿Esas ámpulas de EPO no eran para que tú las usaras compitiendo en España? –le preguntó el reportero.
– Para nada, nunca he necesitado de eso, gracias a Dios. Desde chico he sido un ciclista con buenos resultados. En el 2013 estuve en el Centro Mundial de la UCI, he sido campeón panamericano, me han hecho muchos (exámenes para detectar) doping y siempre he estado limpio.
La ingenuidad de un deportista de alto rendimiento, como José Alfredo Aguirre, no lo exonera del cumplimiento del CMA, que claramente establece como una infracción a la norma antidopaje la posesión de sustancias proscritas, dentro y fuera de competencia, según indica el artículo 2.6.1. La Lista de Sustancias Prohibidas 2014 señala en el apartado S2 (hormonas peptídicas, factores de crecimiento y sustancias afines) que la EPO y la HGH están vetadas en todo momento.
El artículo 10.2 del CMA establece una sanción de dos años a quien esté, por primera vez, en posesión de alguna sustancia o método prohibido. En caso de que un deportista demuestre que no pretendía mejorar su rendimiento con la sustancia en su poder ni enmascarar el uso de otras, el periodo de suspensión se sustituirá por lo siguiente: “Primera infracción: como mínimo, una amonestación y ningún periodo de suspensión para acontecimientos deportivos futuros y, como máximo, dos años de suspensión. Para justificar cualquier anulación o reducción, el deportista o la otra persona deberán presentar pruebas confirmatorias que respalden su declaración y que convenzan suficientemente al tribunal de expertos”.
En este caso, el deportista está obligado a proporcionar “ayuda sustancial a una organización antidopaje, autoridad policial u organismo disciplinario profesional, permitiendo así a la organización antidopaje descubrir o demostrar una infracción de las normas cometida por otra persona”, indica el artículo 10.5.3.
En el comentario al margen se añade: “Los factores que se tendrán en cuenta a la hora de evaluar la importancia de la ayuda sustancial serán, por ejemplo, el número de personas implicadas, la situación de éstas en el deporte, si existe alguna red de tráfico, según se establece en el artículo 2.7, o de administración, según el artículo 2.8, y si la infracción afecta a alguna sustancia o método en ese momento indetectable en los controles”.
El ciclismo es uno de los deportes con más escándalos en el mundo por el sinnúmero de pedalistas que han dado positivo en los controles antidopaje; otros, aunque nunca fallaron en los antidoping, han confesado el uso de sustancias prohibidas e, incluso, el siete veces campeón del Tour de Francia, Lance Armstrong, fue despojado de todos sus títulos cuando una investigación de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos concluyó que era “la cabeza del más sofisticado, profesionalizado y exitoso programa de dopaje que el deporte jamás haya visto”.
José Alfredo Aguirre Infante, El Teco, aceptó llevar sin preguntar, según dice, una bolsa con medicamentos que le dio Gómez Maldonado, quien, según algunos ciclistas y ex ciclistas consultados por la reportera es conocido como distribuidor de sustancias dopantes. El Grillo tiene una tienda de bicicletas en Guadalajara. Eventualmente participa en algunas competencias de ciclismo en distintos Estados del país.
En el 2006, Gómez formó parte del equipo profesional Chivas que impulsó Jorge Vergara, proyecto en el que participaron, como directivos, Ivar Sisniega y el medallista olímpico Manuel Youshimatz. En el 2008 estuvo en el Arenas de Tlaxcala, en el 2010 en Canel’s Turbo, y en el 2012 en el Mutua Levante de España. A lo largo de su carrera, El Grillo ha recetado, comercializado y distribuido sustancias que mejoran el rendimiento deportivo.
Uno de los atletas que lo señala, quien pidió el anonimato, entregó una grabación en la que se oye que otro pedalista –quien se identificó como amigo de Irving Aguilar, un ciclista de Cuernavaca– llamó al celular de El Grillo con el fin de pedirle algo “para andar bien”. Con base en la edad, talla, peso y la actividad física que realiza, Gómez le ofreció EPO, HGH y testosterona.
“Por lo que me platicas hay que usar un poco de eritro (EPO) para evitar que te ahogues y te falte el aire subiendo, eso es falta de oxigenación en la sangre. La hormona del crecimiento también te vendría bien porque te da fuerza y te ayuda a bajar un poco de peso. Y hay una ampolleta de testosterona porque los hombres a partir de los 30 años dejamos de producirla y hay que complementar. Con eso vas a notar mucho la diferencia”, se escucha la voz de quien reconoció ser El Grillo.
– ¿Eso cuánto vale? –preguntó el ciclista a Gómez.
– La caja de eritro viene con 12 ampolletas, cada una de 2 mil unidades. Ésa te sale en 800 pesos. Es de Cryopharma, de las mejores del mercado. La hormona es de 40 ó 50 unidades, una ampolleta de cinco mililitros, sólo hay que dosificarla con una jeringa de insulina. Esa ampolletita te aguanta para un mes o mes y medio. Esa vale mil 200. Y la testosterona te sale en 650, es un frasco de 10 mililitros y de ésa necesitas como dos o tres porque hay que poner un centímetro dos veces a la semana.
– ¿Conoces algún doctor que me haga el plan para saber cómo administrármelo?
– No. A mí se me hace fácil porque he estado metido en esas cosas, pero no tiene pierde. Lo que podemos hacer es que por correo (electrónico) te mando las especificaciones y ya vas a algún lugar a que te la apliquen, unas son intramusculares, otras intravenosas.
– ¿Dónde te deposito el dinero? ¿Y cómo me lo entregas?
– Te paso mi número de cuenta. Me depositas el total y te lo mando a domicilio y tú pagas el paquete. Te lo mando por Fedex. También vas a necesitar hierro, porque para poner la eritropoyetina lo primero que necesitas en el cuerpo es hierro. Yo también te lo consigo.
– Tengo otros cuates. ¿Si te los pongo en contacto nos podrías echar la mano? Somos un grupo de ciclistas que entrenamos en el Ajusco y el Desierto de los Leones. ¿Nos podrías atender a todos?
– Sí, claro que sí. Nada más sí te pediría que fuera todo discreto porque ya ves cómo se riega el chisme.
La FMC, en conjunto con las asociaciones estatales, organiza competencias prácticamente por todo el país. De acuerdo con los ciclistas consultados, en éstas no se realizan controles antidopaje y lo mismo participan profesionales que seleccionados nacionales de distintas edades. Como no hay antidoping, los corredores utilizan sustancias prohibidas a discreción, algunos con la ayuda de médicos que los asesoran y otros según su propia experiencia o recomendaciones de compañeros.
El uso de sustancias prohibidas ha ocasionado secuelas en la salud de los atletas. Algunos de ellos, ya retirados, son Marco Antonio Ríos y Jesús Zárate, un ex seleccionado nacional que en 1997 dio positivo por metenolona, un anabólico conocido comercialmente como Primobolán. Como la sustancia fue detectada en una competencia oficial (Vuelta México), sí fue sancionado. Ahora, Zárate es el entrenador de la Selección mexicana de ciclismo de ruta.
Aunque el dopaje es un secreto a voces y una práctica cotidiana en el ciclismo mexicano, ningún presidente de la FMC ha echado a andar un programa que ayude a erradicar este problema.
En su sitio web, la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) reportó que, en el 2012, en el Laboratorio Nacional de Control y Prevención del Dopaje (LCPD) fueron analizadas 181 muestras de orina de ciclistas. En 15 se detectaron las sustancias prohibidas boldenona, clembuterol, hidroclorotiazida, estanozolol y metilhexanamina.
En ese año, el ciclismo fue el segundo deporte con más resultados analíticos adversos (RAA), sólo detrás del beisbol, que tuvo 16.
Otras cifras indican que en el 2011 el ciclismo fue el deporte líder, con siete RAA. En el 2010 registró tres casos por estimulantes y corticoesteroides. Sólo el fisicoconstructivismo, con 17, y el beisbol, con siete, tuvieron más.
De los mismos resultados de la CONADE se desprende que entre el 2000 –año en que comenzó a operar el laboratorio– y el 2011, en las muestras de orina de 27 ciclistas se detectó alguna sustancia prohibida; en promedio, 2.4 casos por año. Los 15 casos en el 2012 dan cuenta de un incremento alarmante.
Es importante precisar que los controles antidopaje que realiza el LCPD –que en el 2013 fue certificado por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA)– son a preseleccionados y seleccionados nacionales, y no a quienes compiten en equipos profesionales en competencias de ruta.
La Federación Mexicana de Ciclismo o el Comité Nacional Antidopaje nunca han dado a conocer los nombres de los infractores ni las sanciones que les fueron aplicadas, si es que hubo castigos.
En la mayoría de los países, en cuanto un atleta es sancionado las organizaciones antidopaje hacen públicos los nombres de los infractores, la sustancia que consumieron y el periodo de castigo.
La Ley General de Cultura Física y Deporte establece en el artículo 151 como infracciones muy graves: “a) La presencia de una sustancia prohibida; b) La utilización o tentativa (de uso) de las sustancias y grupos farmacológicos prohibidos; c) La promoción, instigación, administración y encubrimiento a la utilización de sustancias prohibidas o métodos no reglamentarios dentro y fuera de competiciones; y d) Tráfico o tentativa de cualquier sustancia prohibida o de algún método no reglamentario.
En Querétaro, el ruso Vitaly Lazurenko trabaja como entrenador de la selección estatal de ciclismo. En el 2005 fue contratado por Jorge Vergara para entrenar al equipo de ciclismo Chivas. Lazurenko no tuvo empacho en decirle al director de Alto Rendimiento de las Chivas, Ivar Sisniega, que le diera 15 mil dólares para ir a Europa a comprar “el botiquín” (las sustancias dopantes) que necesitaban si de verdad querían tener un equipo participando en el Tour de Francia en cuatro años, como pidió Vergara.
“Te puedo asegurar que en México 90% de los ciclistas se mete algo, lo peor es que ni siquiera tenemos un ciclista en un equipo protour, o sea los que participan en el Tour de Francia, la Vuelta a España, el Giro de Italia”, dice una fuente consultada.
La reportera solicitó una entrevista con el presidente de la FMC, Edgardo Hernández Chayoga, para que informara los avances del proceso de castigo a José Alfredo Aguirre. El federativo rechazó la petición porque “está muy ocupado”. Aunque el ciclista primero accedió a ser entrevistado, después se arrepintió y no volvió a contestar el teléfono. A Gómez se le dejaron correos de voz y mensajes de texto en su móvil y tampoco respondió. El coordinador de Comunicación Social de la CONADE, Emilio Trinidad, informó por correo electrónico que turnaría al titular de Medicina y Ciencias Aplicadas al Deporte, Juan Manuel Herrera, una petición de entrevista. Hasta ahora tampoco se había reportado. (Reportaje especial/APRO)