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México (27 de noviembre).-
Taylor Swift está en aprietos, al menos con sus fans neozelandeses, quienes criticaron duramente a la célebre popstar por grabar un videoclip en una zona protegida por ser el hogar de especie endémica en peligro de extinción. El enfado llegó a tanto que la reina de Instagram ya abandonó la isla.
Organizaciones medioambientales acusaron a la cantante estadounidense de ¡violar los permisos que restringen el tránsito de vehículos! durante el rodaje del video de su próximo sencillo.
Todo debido a que la playa Bethells, lugar de la locación que estuvo a cargo de “Cherokke Films”, es el hogar de nada más y nada menos que de las calandrias marinas neozelandesas, fauna protegida.
Por eso, para evitar más enemistades y ahorrarse más desaires, la cantante ordenó a “Cherokke Films” proporcionar a dichas organizaciones una donación que se planea sea ocupada en programas de reproducción de estas preciados animales.