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México (30 de enero).-
La implementación de la reforma educativa en México será la clave para aumentar los niveles de productividad del país y sentar las bases del desarrollo nacional de largo plazo, coincidieron analistas reunidos en Nueva York.
En un panel de discusión organizado por la Cámara de Comercio México-Estados Unidos, capítulo noreste, opinaron que mejorar la calidad de la educación mexicana debe ser la prioridad de las autoridades del país desde una perspectiva de desarrollo de largo plazo.
Simon Whistler, director para América Latina de la consultoría Control Risks, asentó que mientras existe en México una porción de la fuerza laboral bien educada e integrada a la economía global, la gran mayoría de los trabajadores carece de capacitación competitiva.
“Para mí, impulsar la reforma educativa, convencer al sindicato de maestros tanto como se pueda de sus beneficios, es de las mejores cosas que puede hacer el país”, expresó Whistler.
Precisó que el impulso a la implementación de la reforma debe hacerse pese a que los resultados se vean en 15 o, probablemente, 20 años. “En términos de establecer un legado, esta reforma puede ser ideal para el gobierno”, consideró Whistler.
Por su parte, Joydeep Mukherji, director de grados soberanos para América Latina y el Caribe de la calificadora Standard & Poor’s, coincidió en que el impulso a la reforma educativa debe ser la prioridad bajo una estrategia de desarrollo de largo plazo.
De acuerdo con las estadísticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México es el país con los menores niveles de productividad per capita entre los 34 países que conforman este organismo.
En entrevista con Notimex posterior al panel, Whistler explicó que la productividad sería impulsada por una educación universitaria de mayor calidad y que la reforma emprendida en México representa un “buen primer paso” en esa dirección.
“La calidad de la educación es el indicador definitivo sobre la manera en que un país se podrá desarrollar en el largo plazo, por eso debe ser algo fundamental y por encima de otras consideraciones”, afirmó el analista.
Puntualizó que las metas iniciales de la reforma deberían ser una mejora en la calidad de la enseñanza y un incremento en las tasa de matriculación, lo que en sí mismo significaría un avance “tremendamente importante para el futuro del país”.
Whistler rechazó que pudieran aplicarse modelos educativos que han funcionado en otros lugares del mundo a México, que debe delinear sus propias necesidades y orientar en ese sentido sus estrategias de enseñanza.
“Lo ideal sería transformar a México de un país que esencialmente manufactura para Estados Unidos a uno que genere su propia tecnología y que impulse así su desarrollo”, aseguró Whistler.
En el panel de discusión, titulado “Perspectivas Económicas y Políticas de México” participaron además Robert Rennhack, director adjunto del Departamento para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional, y Alejandro Cuadrado, director de estrategia para América Latina de BBVA.