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Londres, Inglaterra, marzo 23 de 2017
Al menos cinco personas murieron y unas 40 resultaron heridas ayer en Londres, después de que un hombre arrollara con un automóvil a peatones y después apuñalara a un policía cerca del Parlamento británico en un suceso calificado por las autoridades como un “ataque terrorista de un maleante”.
Entre los muertos están el agresor y el agente al que apuñaló en una de las zonas más vigiladas del mundo, donde se concentran las dependencias de los tres poderes.
El sospechoso atropelló con su auto a los peatones que cruzaban el Puente de Westminster, matando a dos personas, luego se dirigió al recinto del Parlamento, donde acuchilló al policía.
Mark Rowley, el comandante de la unidad antiterrorista aseguró que el “terrorismo islamista” estaba tras el atentado. Previamente, dijo que el comando realiza una investigación a gran escala de los hechos.
La premier Theresa May anunció más tarde que no elevará el grado de amenaza de atentado, y tildó el ataque de “nauseabundo y depravado”.
“El lugar del atentado no es una coincidencia, “el atacante eligió golpear en el corazón de nuestra capital, donde gente de todas las nacionalidades, religiones y culturas se reúne para celebrar los valores de la libertad, la democracia y la libertad de expresión”.
“Nunca nos rendiremos al terror. Y nunca permitiremos que las voces del odio y el mal nos dividan”, añadió May.
Hasta el momento, la policía no ha revelado todavía la identidad del autor del ataque, que ocurrió cerca de las 15:00 horas (local).
En tanto, el oficial Scotland Yard que falleció en el ataque se llamaba Keith Palmer de 48 años, era padre de familia y tenía 15 años de servicio, de acuerdo con Rowley.
El diputado y antiguo militar Toby Ellwood trató de salvar la vida del policía herido, pero su esfuerzo fue en vano.
Una mujer que saltó del río Támesis fue rescatada con heridas graves, informó la Autoridad Portuaria.
El atentado dio paso a escenas de caos y pánico. La gente corría por las calles de Westminster, los diputados se encerraron en sus oficinas
La Cámara de los Comunes, que celebraba una sesión en ese momento, fue cerrada de inmediato y se pidió a los legisladores presentes que permanecieran allí.
El atentado también afectó al Parlamento autónomo de Escocia, que aplazó el voto que iba a celebrar para decidir si respalda un nuevo referéndum de independencia.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, anunció el despliegue de policías armados que patrullarán las calles en los próximos días.
El comandante de Scotland Yard Ben Harring pidió a los londinenses que permanezcan “vigilantes” y contacten con las fuerzas de seguridad ante cualquier movimientos sospechoso.
Además, un portavoz del palacio de Buckingham informó de que la reina Isabel II canceló la visita que hoy tenía prevista realizar a la sede central de Scotland Yard, ante el ataque terrorista.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habló por teléfono con la premier británica y condenó el ataque.