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Acapulco, Guerrero, México, marzo 23 de 2017
Ante banqueros del país, el presidente Enrique Peña Nieto advirtió que aumenta el riesgo de que las sociedades opten por “salidas ilusoriamente rápidas”.
Al inaugurar la 80 Convención Bancaria, el mandatario refrendó su rechazo al populismo y reivindicó su defensa al liberalismo y a los resultados de los cambios estructurales.
“A qué me refiero cuando hablo de populismo. A posiciones dogmáticas que postulan soluciones aparentemente fáciles, pero que, en realidad, cierran espacios de libertad y participación a la ciudadanía”, expuso el mandatario.
Luego de señalar que en la historia del mundo “existen ejemplos de cómo la llegada de doctrinas extremas termina lastimando las condiciones de vida de la población”, profundizando aún más el descontento ciudadano, Peña Nieto destacó que “la lección que nos dejaron estos episodios es que no hay salidas fáciles, ni soluciones mágicas”.
Entre los funcionarios y banqueros presentes destacó la asistencia del gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, quien está en su última Convención Bancaria.
Ante banqueros del país, el presidente Enrique Peña Nieto reivindicó los beneficios del liberalismo y de paso, alertó sobre los riesgos que implica el surgimiento de nuevas formas de populismo al frente de gobiernos en el mundo.
“Los países de mayor desarrollo, los países que durante el siglo XX alcanzaron condiciones de mayor prosperidad y bienestar para sus sociedades fue porque encontraron que en los valores del liberalismo estaban las estructuras, las condiciones y los pilares que han dado sustento al desarrollo y prosperidad de varias naciones”.
Al inaugurar en Acapulco, la 80 Convención Bancaria, El Dilema Global: Liberalismo vs. Populismo, explicó que México, al observar estas experiencias exitosas, decidió adoptar el modelo liberal para impulsar el desarrollo nacional.
“Y lo ha venido adoptando y se ha venido consolidando en el paso de los años porque esto no se logra de la noche a la mañana ni se da en un solo periodo de tiempo sino que demanda esfuerzos, cambios estructurales, decisiones complejas, profundas y que entrañan cambios en los paradigmas”, refirió.
Señaló que en el caso del populismo se trata de posiciones dogmáticas “que postulan soluciones aparentemente fáciles pero que en realidad cierran espacios de libertad y participación a la ciudadanía”.
Esto, agregó, resulta contrapuesto a las naciones con ciudadanos libres “en la que el papel del estado es ser garante de esta libertad abriendo oportunidades”.
“Ustedes recordarán cuando el gobierno dictaba las condiciones de crédito a la banca indicando en qué sector prestar y a que tasas eventualmente hacerlo; un modelo en el que el gobierno era el principal proveedor de bienes como el papel con el que se elaboraban los periódicos que diariamente circulaban”.
En este sentido, advirtió que durante la última década se ha observado y padecido situaciones complejas como la desaceleración económica en diversas regiones, la caída del precio del petróleo y el entorno de volatilidad.
Adicionalmente, la desigualdad social ha crecido a escala global provocando cuestionamientos a los fundamentos del liberalismo, incluyendo el libre mercado y generando un descontento a las instituciones.
Bajo este panorama mundial, el riesgo de que las sociedades opten por salidas ilusoriamente rápidas va en aumento. Este escenario no es del todo desconocido, en la historia del mundo existen ejemplos de cómo la llegada de doctrinas extremas termina lastimando las condiciones de vida de la población, profundizando aún más el descontento ciudadano”.
Reiteró que no hay “salidas fáciles ni soluciones mágicas”.