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Mérida, Yucatán, abril 23 de 2017
“La gente no puede tener vacaciones de comer, nos dice ´no me cierres el comedor porque de ninguna manera tengo posibilidad de comprar carne para hacer un guiso de este tipo para mis hijos´”, comentó Ileana Fajardo Niquete, jefa de nutrición del DIF Municipal de Mérida, quien se encuentra a cargo de los 11 Comedores Integrales Comunitarios en los que se atienden diariamente entre 550 y 600 personas que no tienen los recursos económicos para consumir un almuerzo nutritivo.
“Lo ideal sería, como siempre hemos dicho, que no hubiera nadie en los comedores porque querría decir que no hay necesidad, pero la realidad es que sí la hay. Hace algunos años teníamos periodos vacacionales, dábamos a lo mejor dos o tres semanas de vacaciones porque los mismos beneficiarios pedían irse porque van a sus pueblos, ahora ya no, desde el año pasado no tenemos periodos vacacionales en los comedores”.
Para eficientar el servicio de estos centros, Fajardo Niquete comentó que desde hace un par de semanas se inició con el proceso de estandarización de los comedores, se revisaron los 21 platillos existentes y se diseñaron otros nueve, para hacer un menú con 30 platillos cíclicos estandarizados, que permitirán generar ahorros para poder beneficiar a más personas que lo necesitan.
“Cada peso que podamos ahorrar en un comedor nos permite probablemente darle de comer a más gente que nos pueda pedir el servicio, entonces los procesos de estandarización nos ayudan a ahorrar y eficientar los recursos, a que tengamos muy poquitas pérdidas y a que se aprovechen la mayor cantidad de los alimentos y esto nos permite manejar mucho mejor el presupuesto”.
Para la estandarización, un equipo de nutriólogos y beneficiarias que cocinan en los comedores mantuvieron la semana pasada un encuentro de diálogo y supervisión de tres días en el Comedor Integral Comunitario de Cholul, en los que revisaron las calorías, gramaje y porciones de cada uno de los platillos, así como la cantidad de porciones que deben de consumir los niños, adolescentes, mujeres embarazadas y en lactancia, adultos y adultos mayores.
Fajardo Niquete comentó que estas revisiones y evaluaciones sirvieron también para la toma de decisiones de acuerdo a las necesidades de los beneficiarios, como la imposibilidad de algunos para comprar carne, frutas y verduras.
“Tenemos un estudio previo donde se vio que los beneficiarios de los comedores en los desayunos y cenas, por ejemplo, tienen grandes cantidades de carbohidratos muchos cereales, grasas y azúcar, pero muy poca proteína”.
“Muchas familias de verdad sienten por ejemplo cuando viene el fin de semana, ellos comen con nosotros de lunes a viernes, entonces para muchos beneficiarios esa espera de viernes para lunes a lo mejor va a representar dos días sin comer carne, dos días sin comer frutas y verduras. Sí es real que hay un impacto hoy en la economía de las familias que no les permite consumir los productos que les damos en los comedores, por ejemplo, el fin de semana”.
Por último, Fajardo Niquete recordó que en los Comedores Integrales Comunitarios se atienden a casi 600 personas, de las cuales, más de la mitad son niñas y niños en edad escolar, el otro porcentaje lo conforman mujeres y adultos mayores.