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Pese a la prohibición para este tipo de actos, las discos gay en Mérida los presentan semana tras semana ante la mirada de las autoridades estatales y municipales.
La sugerente música comienza a envolver el ambiente mientras en el escenario dos jóvenes mujeres con diminutas prendas íntimas van, poco a poco, despojándose de ellas hasta perderlas por completo. La escena va subiendo de tono, especialmente en los besos y caricias. Algunos asistentes, incómodos, abandonan moméntamente el lugar, otros prefieren ignorar la escena, otros más miran sin perder detalle. Alguien del público ha sido "invitada" a participar en el show, cuando las dos jóvenes, luego de tomarla de la mano, la llevan al escenario para integrarla a lo que el conductor del evento ha llamado "la expresión del amor entre mujeres". Esta misma situación, se repite semana a semana en algunas de las llamadas disco gays, que poco a poco, dominan el panorama nocturno de Mérida.
En otras discos más de este mismo tipo, los propietarios no sólo ofrecen el desnudo total de strippers femeninos y masculinos, sino que también piden a los asistentes, por medio de promociones de descuentos parciales o totales en cover, que entren al lugar sin blusa o camiseta e incluso sin ropa interior.
Otros más, además, ofrecen baños de vapor individuales o colectivos en las cercanías de las discos.
La oferta sigue creciendo. En algunas otros discos gay, el público "disfruta" de un show de travestis que no sólo imitan a reconocidas artistas sino que también hacen chistes o comentarios con palabras altisonantes. La noche puede terminar observando a algunos strippers masculinos tomando, completamente desnudos, una ducha en regaderas, ubicadas a los costados del escenario.
Y para el que quiera emociones más fuertes, entre los asistentes a este tipo de "discos" se corre el rumor de que en varias de éstas se realizan y consuman en el escenario relaciones homosexuales y lésbicas.
Éste es parte del panorama de la vida nocturna de Mérida en donde la industria del sexo crece todos los días ante la aparente venia de las autoridades.
El éxito de las discos gay no radica únicamente en la gran popularidad que tienen entre los integrantes de la comunidad lésbico-gay en Mérida, sino entre parejas heterosexuales y mujeres de todas las edades, incluso mayores de 50 años, que encuentran en estos giros una nueva fuente de entretenimiento, pues, al parecer, son los únicos establecimientos que ofrecen espectáculos con "bailarines" para el público femenino y al mismo tiempo para los expectadores masculinos.
Madres, hijas y hermanas acuden "en familia" a aplaudir, chiflar y emocionarse con los strippers, que, ante la demanda y exigencias del público, han sido traídos de otras partes del país e incluso del extranjero. El sector lésbico también ha hecho sentir su voz para que las strippers que ofrecen los shows también estén a la altura de las expectativas. Ésta es la razón por la que este tipo de personal tiene entre 20 y 27 años, con físicos bastante atractivos.
Aunque para muchos que no las conocen y que creen que las discos gay pueden tener un ambiente incomodante —por las expresiones de afecto entre homosexuales y lesbianas— algunas de ellas tienen un ambiente muy diferente al esperado y muy parecido a un bar karaoke, donde ver a hombres vestidos de mujeres ya no es raro. Hay pantallas, una pista de baile con luces multicolores, meseros jóvenes y bartenders femeninos. Sin embargo, la atmósfera del lugar depende de la administración y propietarios del negocio, ya que mientras en algunas de estas discos, especialmente nuevas, el ambiente es relajado, en otras, con más años de funcionamiento, el panorama corresponde a un ambiente más pesado, con más travestis y más gente homosexual expresando su afecto entre sí. El público puede ser más atrevido durante la presentación de los y las strippers, tocándolos libremente en los bailes.
Pero sin importar la atmosfera en la que se esté, las discos gay ofrecen por igual los servicios de sus "estrellas". En algunas de ellas, los o las clientas pueden gozar de la compañía de un o una stripper a través de la compra de "jarras" de cerveza en la que por $300, el muchacho o muchacha en cuestión departirá en la mesa de quien compre esta promoción.
Ah, eso sí, el mesero le advierte al comensal: "Si quiere algo más con el stripper, tendrá que arreglarse directamente con él o ella".
El "algo más" puede ser desde un baile privado —que se da en un cubículo que se encuentra en la misma discoteque— hasta una "escapada" a uno de los moteles cercanos. Sin embargo, la gran mayoría de las clientas prefieren aprovechar la presencia del stripper para tomarse fotos con él, bromear y abrazarlo.
Todo esto se realiza noche tras noche. Ninguna autoridad se asoma a estos lugares.
En los últimos diez años, las discos gay evolucionaron de ser lugares donde se presentaban en sus inicios espectáculos con strippers masculinos —la actuación de los bailarines culminaba con ellos en pequeñas tangas— a los desnudos totales que se ofrecen hoy. No se manejaban los privados, pero los jóvenes, al termino de su actuación, deambulaban por las discos esperando que alguien los abordara para invitarlos a una copa o a hacerles alguna propuesta.
Con el tiempo y la anuencia de las autoridades, estos negocios se volvieron cada vez más audaces incorporando nuevos elementos a sus shows como las "noches mixtas" en las que se presentan bailes sensuales con desnudos masculinos y femeninos y los famosos privados.
Ante lo investigado por Artículo 7, el jefe del Departamento de Espectáculos del Ayuntamiento de Mérida, Roberto Acevedo Acosta admitió que está prohibido el contacto sexual o la representación del acto sexual y sobre todo, la participación de clientes en el escenario.
Dijo que la principal causa de clausura en este tipo de antros es por irregularidades en la situación del negocio, que pueden consistir en falta de licencia de funcionamiento e infracciones al uso de suelo o alguna determinación sanitaria —asuntos relacionados con la Secretaría de Salud estatal. La sanción por incumplimiento de requisitos o infracciones al reglamento de Espectáculos es una clausura de 15 días y una multa de 15 salarios mínimos por artículo infringido.
—El departamento de Espectáculos se encarga de inspeccionar solamente el espectáculo. Mucha gente cree que tenemos facultades para sancionar por droga o prostitución. No es así. Sólo nos corresponde el espectáculo en sí. Las cuestiones de higiene de los baños y del lugar son asunto de la Secretaría de Salud y las drogas la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
Explicó que al momento de llegar al centro nocturno los inspectores ven que el espectáculo esté acorde con el reglamento y que las chicas tengan permiso para bailar.
Sin embargo, durante la investigación de Artículo 7, las autoridades estatales y municipales brillaron por su ausencia, aunque en el caso del departamento de Espectáculos, Acevedo Acosta explicó que las visitas son "sorpresa".
Lo que sí llama la atención es que en los alrededores de las discos gay, cuyos propietarios son algunos conocidos miembros de la comunidad que presumen su cercanía con la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco, no hay ninguna patrulla cerca que vigile el orden y la seguridad de los clientes en esos negocios.
Finalmente, Acevedo Acosta indicó que la supervisión de las discos gay o cabarets ubicados en la zona de traslape de Mérida con otros municipios, como por ejemplo Kanasín, no corresponde a la Comuna. Los que sí deben ser regulados por el Ayuntamiento son Jabín, Atlántida, Angeluz, Pride, Gemas, Coco Monkey y La Habana, entre otros. L.I.