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El avanzado sistema de biogás de Mérida que permite una mejora a la contaminación y al calentamiento global recibirá su primera certificación.
A cinco meses de haber iniciado el proyecto en beneficio ecológico de la quema de biogás, Mérida recibirá su primera certificación de bonos de carbono que podrá traducirse en beneficios económicos.
Esta primera certificación se realizará en el mes de septiembre por una empresa mundial, que determinará si se está dejando de contaminar y si el funcionamiento del proyecto está siendo bien llevado.
El biólogo y gerente general de la empresa Setasa —encargada de este ambicioso proyecto— Carlos Santiago Ruiz explica a Artículo 7 que esto es posible gracias a un acuerdo de índole internacional.
—Por cada tonelada de dióxido de carbono que nosotros dejamos de emitir a la atmósfera, el banco mundial a través de un convenio con el tratado de Kioto nos paga, al municipio y a nosotros, una cierta cantidad por las toneladas que no se están yendo a al atmósfera y reducen el calentamiento global.
Añadió que por eso es tan importante la certificación que emita la empresa, para que así se atestigüe que se está contribuyendo con la atmósfera y el municipio comience a generar ingresos por los bonos de carbono.
—Con este avanzado sistema ubicado dentro del relleno sanitario y que empezó a funcionar en el pasado mes de abril, se aprovecha el biogás que genera la basura, evitando la cantidad de dióxido de carbono que va a la atmósfera y reduciendo así el calentamiento global.
—El quemador de biogás tiene además un sistema de conteo llamado flujómetro que, conectado a la computadora, indica la cantidad que se va quemando. Actualmente corresponde a 163 m3 por hora.
—La cantidad es poca si la comparamos con otros rellenos de ciudades más grandes —expresó Carlos Santiago— pero para el relleno que tenemos está bastante bien. Además, esto corresponde sólo a la primera etapa del proyecto.
—Para la continuación de dicho proyecto, ya se perforaron 17 pozos más, con lo que se ampliará la red de captación de biogás.
En México, siguiendo lo establecido por el tratado de Kioto, solamente dos ciudades contribuyen con la disminución de los gases que generan el efecto invernadero mediante la quema de biogás: Aguascalientes y Mérida.
{xtypo_rounded1}El Protocolo de Kioto sobre el cambio climático es un acuerdo internacional asumido en 1997 en el ámbito de Naciones Unidas que trata de frenar el cambio climático. Uno de sus objetivos es contener las emisiones de los gases que aceleran el calentamiento global. Hasta la fecha ha sido ratificado por 163 países.
Los gases provocadores del calentamiento global son: dióxido de carbono (CO2), gas metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), además de tres gases industriales fluorados: Hidrofluorocarbonos (HFC), Perfluorocarbonos (PFC) y Hexafluoruro de azufre (SF6).{/xtypo_rounded1}
El Biólogo y experto en el ramo, Carlos Santiago Ruiz, habló además del actual relleno sanitario que está a punto de cumplir 13 años de vida y que se prepara para una expansión, lo que alargará su tiempo de uso.
¿Cuántos metros se están considerando para la ampliación del relleno?
—Eso estamos calculando, pero así como estamos creciendo ordenadamente acá, así lo seguiremos haciendo. El relleno sanitario tiene actualemnte ocho celdas, de las cuales siete ya se encuentran llenas, por lo que la utilización de nuevos terrenos permitirá la utilización de más celdas.
Brevemente, el gerente de Setasa explicó el procedimiento que sigue la basura para conformar el relleno sanitario.
—Se maneja un sistema de doble protección de geomembrana. Primero se limpia el terreno, se nivela y después se le pone una capa, una geomembrana que es totalmente impermeable de 1.5 mm. para seguir con otra capa de material compactado de 20 a 30 cm. Después otra geomembrana de 1 mm.
—Posteriormente se añade una capa de grava filtrante que es lo que conduce de la base a los cárcamos de extracción.
—Cada geomembrana lleva un geotextil que es como una tela que protege la geomembrana y por eso se usa grava de río porque no tiene puntas que puedan dañar.
—Por último, después de la grava de río ya viene la basura. Así, se van formando capas, hasta llegar a la altura máxima.
Para finalizar, Carlos Santiago mencionó la idea de que una vez que finalice la vida del relleno sanitario, pueda convertirse en un área verde y aprovecharse así la extensión territorial.
—Sería un área verde diferente, porque quedaría como en un cerro y estaría conformada por basura. MEAP