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Ni las declaraciones del verdadero agresor ni la denuncia del afectado que lo exoneraban evitó su detención, descrédito social y golpiza.
Sin deberla ni temerla y con la reputación por los suelos, el ex diputado panista Jimmy Ambrosio Camargo no sólo tuvo que soportar el ser detenido y remitido a la cárcel de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) sin motivo alguno, sino que también tuvo que soportar los golpes que le propinaron los agentes de la corporación, y que según médicos que lo examinaron fueron brutales.
Sin ninguna excusa creíble, la SSP detuvo al ex diputado panista, quien tiene un negocio de lavado de autos en Kanasín, sólo porque presenció, desde el interior de su establecimiento, el momento en que un muchacho rompió la ventanilla de un vehículo.
En entrevista con Artículo 7, Jimmy Ambrosio explicó que su empleado Jorge Palomo, un cliente suyo y él se sorprendieron cuando minutos después del hecho la policía allanó sin ninguna orden su establecimiento para detener con lujo de violencia a Palomo.
—Lo agarraron, lo golpearon en la cara y en el cuerpo y lo dejaron con los ojos morados. Y cuando lo defiendo, ordenan que me detengan y entonces, entran policías a llevarme. Les dije: no me pueden detener estoy dentro de mi propiedad, además, no he hecho nada. Pero en respuesta, me golpearon.
Indicó que ante la injusticia, el cliente de su establecimiento señaló a la autoridad que no podían detenerlos de esa forma y los policías al verse cuestionados también detuvieron a esa persona.
Agregó que la brutalidad de las detenciones motivó la presencia de vecinos quienes trataron de impedir la detención, a lo cual el comandante Guy Freyre Núñez respondió enseñándoles su arma para amendrentarlos. Posteriormente, fueron remitidos a la cárcel de la SSP.
Dio a conocer que ese sábado en la noche (18 de julio pasado), los pasaron a los separos —al verdadero agresor Alan Valdez Sandoval, a Jorge Palomo, al cliente del lavadero y a él— y les tomaron las fotos oficiales. Unos minutos después, un reportero de un medio que no precisó le pidió que "posara" frente a un pared para su periódico, pero que al negarse, el reportero pidió a los policías que lo pasaran atrás para que le rompieran...
{xtypo_quote}Me llevaron a un baño color blanco y entre cuatro policías me golpearon mientras me decían: ¿dónde esta Patricio Patrón para que te defienda?, ¿dónde está Javier Medina para que te salve?. ¡Ya no tienes fuero, panucho!.{/xtypo_quote}
Destacó que fue el único de los cuatro detenidos por el cristalazo que fue golpeado por los policías dentro de la cárcel de la SSP y que a varios días del incidente todavía tiene las huellas de las lesiones, en la boca, huellas de botas en la espalda y un zumbido en el oído derecho.
—Después de la golpiza, me sacaron de ese baño y al pedir un médico me amenazaron de algo peor si le decía lo que me hicieron. De todas formas, le dije al doctor y él me sugirió que pusiera mi queja ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán (Codhey).
Sobre quiénes fueron sus agresores, indicó que se trata de un policía de apellido Canul y los otros, aunque desconoce su nombre, recuerda sus caras perfectamente.
—Todo estuvo mal, desde la detención y el encarcelamiento en los separos de la SSP; pero lo peor fue la actuación de la Dirección de Comunicación Social de esa dependencia que mandó boletines a los medios para mal informarlos.
{xtypo_quote}La SSP dice que detiene a cuatro pandilleros en estado de ebriedad, entre ellos yo, porque agredieron a una persona de apellido Chiquini y los análisis indican todo lo contrario: no estábamos ebrios. Fue un boletín hecho con todo el dolo de hacer daño a mi nombre.{/xtypo_quote}
Jimmy Ambrosio manifestó que al día siguiente -el domingo- fue remitido a la cárcel de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Yucatán (PGJE), lo que aprovechó para presentar su queja por brutalidad policíacia, a pesar de que quien interpuso la denuncia lo hizo únicamente fincando responsabilidades al verdadero agresor y no en contra suya, de su empleado o del cliente del lavadero.
Liberados por el testimonio del agresor y del denunciante, Jimmy Ambrosio y las dos personas detenidas junto con él siguen con el procedimiento de "acusados de pandillerismo, daño en propiedad ajena y lesiones" por lo que les piden una caución para liberarlos bajo fianza.
—En mi caso, piden inicialmente unos $30,000 pesos, pero luego bajan la cantidad a $5,000 pesos que tengo que pagar para salir, pese a que el mismo delincuente y el denunciante han declarado que soy inocente. Y también tuve que desembolsar lo de la fianza de mi empleado.
Previo a su liberación, dijo que también tuvo presión psicológica en la PGJE, ya que varias veces en su estadía los guardias entraban y le preguntanban su nombre, si había sido diputado y por cual partido.
Pero el incidente, con el cual su nombre quedó en entredicho debido al boletín de la SSP a los medios de comunicación, no sólo le ha ocasionado problemas a su reputación sino también a su salud, ya que aún desconoce con precisión por qué vomitó sangre durante su estancia en la PGJE. Además, el cliente arrestado en el lavadero está a punto de perder su trabajo debido a que ha faltado por estar detenido.
Ante su arbitraria e ilegal detención similar a la del ex alcalde de Dzemul, Eduardo Chuc Baas, Jimmy Ambrosio señaló que le causa mucha extrañeza que la SSP haya mal informado a los medios de comunicacón y que lo golpearan con tanta brutalidad.
—No puedo determinar quién está detrás de todo esto, pero sí hay algo muy extraño detrás de todo esto y tan obvio que incluso los mismos detenidos de la cárcel pública, a quienes los policías también golpean cuando los encierran, estaban sorprendidos por la forma y la saña en que me golpearon. En la cárcel las paredes son delgadas y la gente lo escucho todo. L.I.
La entrevista a Jimmy Ambrosio en A7: