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La fecha señalada para la celebración del informe ciudadano de la gobernadora está cada día más cerca y precisamente por esa razón, es necesario hacer las siguientes reflexiones: el repunte de la influenza humana en nuestra entidad es una realidad que no es posible disimular. La realización de dicho evento contraviene todos los protocolos de seguridad y es bien sabido que las grandes concentraciones humanas son el caldo de cultivo ideal para la propagación del virus.
Es pues preciso preguntar, ¿el festejo se hará caiga quien caiga, sin reparar en las consecuencias, quizá hasta fatales, que pudieran resultar para los asistentes al evento? El primer deber de todo buen gobernante es velar por el bienestar y la integridad de la ciudadanía y en este caso, al parecer esto se está pasando por alto. No es posible ni debido con tal de alimentar la vanidad o el ego, llevarse entre las patas a cientos o miles de ciudadanos inocentes, que con tal de pasear, divertirse, venir a la ciudad, poder hacer previamente alguna compra, ver de cerca a sus gobernantes a los que sólo conocen por televisión o por fotografía, recibir unos pesos, quizá la posibilidad de un apoyo, bailar y divertirse y comer alguna cosa, acudan a la magna vaquería con total desconocimiento del tremendo riesgo que significa hacer acto de presencia en ella.
No es posible que las autoridades sanitarias procedan con semejante irresponsabilidad, callando cuando debieran levantar la voz para recomendar no realizar el festejo, ante el temor de despertar el enojo de la titular del ejecutivo o sus allegados que le insisten sin duda en festejar desoyendo las voces de los resentidos o los agoreros del desastre, como sin lugar a dudas nos llaman a quienes intentamos advertir a la gobernadora y al pueblo yucateco de lo riesgoso de un evento de tales dimensiones, donde la tremenda concentración humana haría inútil cualquier medida preventiva como el hecho de que la concurrencia portara cubre bocas o se repartiera gel antibacterial a discreción.
No es posible que, como se dice comúnmente, nuestros gobernantes vean la tempestad y no se hinquen. No es posible que ante las inevitables consecuencias de desequilibrio presupuestal y falta de recursos que inevitablemente se producirán en fecha próxima debido al recorte en el presupuesto federal, se ignoren los efectos resultantes y se dispongan al gasto alegremente en una serie de aspectos que no son ni serán jamás de importancia ni de urgencia para nuestra entidad. Desconozco los costos reales, pero dispóngase Usted, a realizar una modesta estimación de todo lo que se destinará a pago de servicio de transporte, dada la necesidad de trasladar asistentes, músicos y bailarines participantes en el acto, lo que significará el pago por concepto de renta de equipo de sonido e iluminación para la magna vaquería, la renta de tarimas, el pago a técnicos y personal operativo, encargados de la instalación y operación de todo lo descrito, el costo de los promocionales en medios de comunicación electrónicos o escritos, destinados a promover la asistencia al evento y su difusión entre la comunidad, el costo de gasolina, renta de equipo de radiocomunicación o pago de teléfonos celulares para los encargados de coordinar la instalación de tarimas y equipo, el costo de los alimentos que se proporcionarán a todo el público asistente, la renta de plantas de ornato, sillas y manteles para decorar los teatros en que se acomodarán los invitados, el costo de boletos de avión, cuartos de hotel y alimentos a los invitados especiales y, por último, la renta del local en que se verificará la cena de gala que se ofrecerá a los invitados especiales, el pago de los alimentos y bebidas que tendrán oportunidad de degustar y no se cuántos etcéteras más, que dado mi desconocimiento en materia de logística y organización de magnos eventos, sin duda alguna he pasado por alto. Como solían decir antiguamente en nuestra tierra, para ejemplificar nuestra capacidad de ser buenos anfitriones, ¿Quién dijo que hay pobreza en esta tierra?
Lo mejor o lo peor, es que debido al tremendo gasto que se va a realizar, muchas dependencias terminarán el ejercicio fiscal arañando la pared, sin recursos para realizar la actividad que es parte de su responsabilidad institucional, no tendrán recursos para pagar a tiempo a sus proveedores y cumplir a tiempo con cantidad de compromisos adquiridos, no tendrán para mejorar las condiciones laborales y salariales de la inmensa cantidad de empleados de las diferentes dependencias de sector público, que laboran por contrato, sin seguridad laboral, con equipo en lamentables condiciones, sin las prestaciones de ley para una vida digna ni seguridad social y así por el estilo.
¿Resulta o no irresponsable y hasta criminal ignorar todo esto y a pesar de cualquier consideración, realizar el festejo contra viento y marea? ¿Existe en nuestro estado, en el país o en el mundo entero alguien que pueda ser capaz de desmentir la fuerza de estos razonamientos o de probar con datos sólidos que son equivocados y fruto de una indebida angustia? Por favor, que alce la voz y los rebata. Será formidable que alguien compruebe mi equivocación e induzca la consecuente rectificación.
Señora gobernadora, como ciudadano libre y en ejercicio de mi derecho de petición, le solicito reflexione y rectifique respecto de la realización del informe ciudadano que sabe tan bien como yo que no es de realización obligatoria, toda vez que no se encuentra contemplado en el marco normativo que nos rige. Señora gobernadora, la exhorto a prescindir de la realización de la gigantesca concentración humana y el descomunal gasto en diversos renglones que su realización conlleva, si de verdad Usted ama a Yucatán y le interesa el bienestar de sus habitantes. Los ciudadanos conscientes estaremos atentos a cuanto suceda. No olvide que es el pueblo, quien a final de cuentas premia los aciertos o castiga los yerros con su voto. La respuesta más elocuente estará en sus actos.