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La salud del cuerpo humano es lo mas preciado de la vida. Cuando atentamos contra nosotros mismos o contra los demás, lo hacemos con nuestra vida y libertad. Nuestra mente juega un papel muy importante en nuestra forma y manera de existir.
La mente humana es como un inmenso lago. Cuando hay paz, nada lo perturba de las fuerzas y circunstancias externas de la vida: estamos fuertemente y emocionalmente equilibrados para vivirla.
Hoy por hoy, la vida de un momento a otro cambia vertiginosamente en cada individuo. Son cambios tan severos que la mente se transforma ante la avalancha y bombardeo de males mentales como: desesperación, incertidumbre, angustia, pánico, traumas, preocupación, paranoias, esquizofrenias, desconfianza, neurosis y qué decir de los celos, iras, cóleras, violencia, drogas, alcohol, etc. Dan como resultado que se desajuste nuestra mente de la realidad.
Cuando nuestra mente se siente esclavizada por alguno de estos males nuestro yo deja de producir paz mental. Físicamente lo demostramos con nuestras actitudes y comenzamos a ser adictos de nuestra propia desesperación. Quedamos propensos a cometer infinidad de errores, que dan como resultado el transformarnos en candidatos a ser delincuentes, a violar, en contra de nuestra libertad, al cometer algún delito en contra de nuestros semejantes. De pronto nos vemos inmersos en un problema legal mayúsculo, que nos priva de nuestra libertad.
En nuestro medio es ya muy común ver mucha gente que ayer era libre y de repente, hoy, está involucrado en situaciones legales graves. A diario leemos o escuchamos por los medios... y nos preguntamos ¿qué pasa con la humanidad? ¿Por qué actuamos así?
Por naturaleza el ser humana siempre quiere más y más, aún cuando en ocasiones somos conformistas, mayormente somos esclavos de nuestros pensamientos y caemos en la cuenta de que, sin darnos cuenta, nuestra mente necesita de una "alineación y balanceo", como a nuestro automóvil, de cuando en cuando hay que recurrir a ayuda profesional mental —psiquiatras y psicólogos— pero no lo hacemos por falta de cultura y preferimos dejar que se nos caigan algún "tornillo" mental.
En estos tiempos de crisis local, nacional y mundial, la mente individual también necesita de terapias intensivas de paz y ayuda profesional.