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Por Federico Wilder
"La era del hielo" es la franquicia animada más redituable para la productora Fox, por encima de productos como "Robots" y "Horton y el mundo de los quién". Sin embargo su existencia ha sido bastante irregular, su primera parte es algo tediosa, contraria a su segunda que es tremendamente divertida. Ahora nos llega una tercera película que pretende aprovechar el resurgimiento de la tercera dimensión.
Es curioso observar como de todos los filmes animados de la Fox, ha sido el más soso el que mayores ingresos de taquilla ha generado. A juicio personal, "Robots" y "Horton y el mundo de los quién" son propuestas con un contenido más inteligente y hasta con mejores técnicas de animación. Así de extraño es el negocio del cine; pero centrémonos en analizar "La era del hielo 3".En esta ocasión, los mamuts Manny y Elli se preparan para convertirse en padres; Diego se enfrenta a una crisis de la edad y se da cuenta que ha perdido condición física; Sid siente instinto paternal y decide robar tres huevos con el objetivo de criarlos, el problema es que en su interior se encuentran tres pequeños tiranosaurios rex.
Cuando la madre de los huevos reclama sus crías, termina llevándose a Sid junto con sus tres hijos. Para rescatar a Sid, toda la tropa inicia un largo viaje una tierra oculta donde habita toda clase de dinosaurios. En esta aventura continúan apareciendo las locas comadrejas que Elli ha adoptado como hermanos y también se une un nuevo personaje que los ayuda a enfrentar los peligros.
Esta tercera entrega da muestras inequívocas de agotamiento de ideas. Para empezar la estructura es una calca de la segunda, pero con un argumento sumamente débil. El guión no solo comete errores de principiante, también desecha los mejores elementos de la franquicia. Los personajes principales están en total desequilibrio, la trama se centra mayoritariamente sobre Sid y los mamuts pero ignora a los demás; Diego se limita a decir menos de 10 líneas en toda la película y su presencia se nota forzada por un escritor que no sabe ni cómo insertarlo. Pero el peor error es dejar fuera a las comadrejas, que no tienen una subtrama propia a pesar de haber sido la mejor aportación de la segunda película, sus chistes son escasos y carecen de la hilaridad que los caracteriza.
Por si fuera poco, el villano principal permanece oculto hasta los últimos minutos de la cinta y la trama no es más que un conjunto de barreras y complicaciones que los protagonistas enfrentarán en su viaje. El efecto de tedio se acrecienta por un humor extremadamente simple que se sostiene de gags infantiles, algunos tan burdos como una simple caída.
Su ritmo es irregular y la gran parte de sus escenas se sienten sobradas. Otro de sus múltiples defectos es abusar de escenas que resalten el efecto de la tercera dimensión aunque no aportan nada narrativamente. Lo más rescatable del filme es la breve historia de Scratte, la famosa ardilla obsesionada con las bellotas, que a modo transición se va presentando en breves fragmentos a lo largo de la película. La incorporación de un personaje femenino provoca que Scratte caiga en una deliciosa subtrama sobre la guerra de los sexos, me parece que esos son los mejores momentos de "La era del hielo 3".
La franquicia se ha agotado, la fórmula ya no da para más. Si la Fox pretende continuar con esto y hacer una cuarta parte, necesita contratar mejores escritores, unos que puedan descongelar esta era del hielo que parece más muerta que viva. Y si de plano no pueden, mejor hagan una película de Scratte y prescindan de los demás personajes, así mantienen el negocio a flote un par de años más.
"Harry Potter y el misterio del príncipe"
Finalmente, este fin de semana se estrena la esperadísima sexta película de Harry Potter. Basada en la novela "Harry Potter y el príncipe mestizo", este filme narra las aventuras de Harry para detener a Voldemort, mientras recorre un misterioso libro escrito por un antiguo alumno de Hogwarts que se hace llamar "Príncipe mestizo". Personalmente, es la novela que más me gusta y espero le hayan hecho justicia. Es el tema obligado de la próxima semana.
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El efecto de 3 dimensiones
Después de ver el efecto de 3 dimensiones en esta película —y otras que usan tecnología idéntica o semejante— se pregunta uno por qué Hollywood no da el cambio definitivo y produce todo de tal manera que sea visible en 3 dimensiones.
Probablemente la respuesta esté en el problema de la proyección.
El único sistema decente de 3 dimensiones es el que hace uso de la polarización de la luz. Observe esta figura:
La imagen viene de 2 proyectores sincronizados: uno que envía las imágenes con polarización vertical —para que el ojo izquierdo las vea— y otro que envía a la pantalla las imágenes de polarización horizontal —que serán las que verá el ojo derecho.
El objetivo de los lentes polarizados es impedir que el ojo izquierdo vea la luz de polarización horizontal y que el ojo derecho vea la luz de polarización vertical.
Las imágenes producidas por cada proyector son las que cada ojo se formaría normalmente: con una pequeña diferencia de perspectiva dada por la distancia entre los ojos.
La experiencia es realmente diferente y agradablemente realista. La gigantezca pantalla de la sala se convierte, para el observador con los lentes, en una relativamente "pequeña" ventana o escenario detrás o dentro de la cual se mueven los personajes, los paisajes, etc. El efecto es mucho más real que cualquier película "plana".
El espectador tiene la sensación de que esa ventana es privada, para él/ella solo(a). El contorno de los objetos es perfecto, sobre todo en las tomas de acercamiento. Esa "nubosidad" de la gran pantalla desaparece totalmente. El espectador está "pegado" a la ventana, que a veces parece ser muy grande y a veces tan pequeña como el objeto que está mostrando.
Es la manera de entrar a un mundo que probablemente sólo se vivirá en las salas digitales de proyección 3D.
(A7)
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