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Manuel Castilla Ramírez
A 99 años del inicio de la Revolución —su consumación todavía no concluye— es válido hacer un breve repaso histórico y plantear algunas interrogantes:
¿Hubo realmente una revolución social y política en beneficio de los pobres que en los tiempos que corren suman más de 40 millones de mexicanos en extremapobreza?
¿Surgió de ese movimiento armado una auténtica democracia que todavía seguimos buscando?
¿Qué ha sido de nuestro país que con su enorme potencial de recursos y un pueblo pacífico y generoso, apenas sobrevive en el concierto de los demás países del mundo?
El movimiento armado que se inició el 20 de noviembre de 1910 con la bandera de Sufragio Efectivo .No Reelección, tuvo como único objetivo derrocar al general Porfirio Díaz, porque en sucesivas reelecciones se había mantenido en el poder 30 años.
La rebelión de don Francisco I. Madero estuvo a punto de no ocurrir si no fuera porque en suj última reelección don Porfirio se empecinó en imponer a un vicepresidente a su gusto y no el que quería el señor Madero.
El general Díaz perdió su última batalla electoral y con ella el poder que había ejercido durante tres décadas; abordó el Ipiranga y partió al destierro rumbo a París, Francia, donde sus despojos mortales reposan en espera de que algún presidente de la República, del partido que sea, tenga el suficiente valor cívico retornar a su Patria los restos del héroe que combatió a los invasores franceses.
El presidente Madero asumió la Presidencia de la República el 6 de noviembre de 1911 y fue derrocado por el general Victoriano Huerta , jefe de sus fuerzas armadas , el 18 de febrero de 1913.
Como caudillo del movimiento antirreleccionista Madero triunfó al derrocar al presidente Porfirio Díaz; pero fracasó como presidente de la República por su debilidad al no poder controlar las fuertes presiones de Emiliano Zapata.
Huerta cometió el error político de fusilar al presidente Madero junto con el vicepresidente Pino Suárez, en vez de mandarlos al exilio como años después hizo el presidente Lázaro Cárdenas hizo con el ex presidente Plutarco Elías Calles cuando éste le jugaba las contras.
El asesinato de Madero y Pino Suárez desató lo que pronto se convirtió en una guerra fratricida entre los grandes caudillos revolucionarios que virtualmente no luchaban para implantar una Reforma de Estado y unificar en un clima de paz y armonía los puntos de vista de Carranza, Zapata, Villa y Obregón; pero esa paz y armonía se veía llegar mientras cientos de miles de compatriotas derramaban su sangre en “la bola” como le llamaban a la Revolución los seguidores de sus respectivos caudillos.
Para el año 2010 se preparan diversos festejos con motivo del dizque centenario de una Revolución que cumplirá 100 años de iniciada; pero su consumación no podrá celebrarse mientras en nuestro país existan más de 40 millones de mexicanos que sobreviven en la extrema pobreza y no se implante una Reforma de Estado de la que surja una auténtica democracia. Castillar27@hotmail.com