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—Este país sufre un agudo síndrome de confusión total... y es una enfermedad, un virus, inyectado progresivamente por los medios pontificadores...
—¿Medios "pontificadores"? ¿A qué te refieres, Lía?
—Me refiero a la gente que escribe en los periódicos o comenta en la radio y que nunca en su vida ha estado en un puesto burocrático, administrativo o político, y habla como si ya hubiera pasado 3 encarnaciones en esos puestos... Creen que todo lo saben. La verdad, me caen mal...
—Yo dividiría a los que escriben en los periódicos en 3 secciones. Uno, los que sólo escriben lo que les pagan por escribir. Dos, los que escriben lo que les da la gana, de acuerdo a sus pasiones, creencias muy subjetivas o visiones muy particulares. Y tres, los que hacen un esfuerzo por analizar la realidad, tomar datos probados y exponerlos a sus lectores...
—¡Ah, perfecto! Me parece excelente esa división. Los primeros son los chayoteados. Es muy fácil identificarlos... Bueno, a veces, no tanto. Porque hay buenos chayoteros; aquellos que saben hacer las cosas con sutileza.
—Es cierto... si fuera fácil identificarlos no tendrían éxito en su labor.
—Son mentirosos muy inteligentes algunos de ellos. Son los más peligrosos.
—No, quién sabe. Los segundos pueden ser más peligrosos. Los segundos son los que alguna vez fueron como los terceros...
—A ver, no me confundas, papá. Veamos. Dices que los terceros son los que hacen un esfuerzo por colocar en la mente de los lectores datos reales, importantes. ¿No?
—Sí, exacto...
—Entonces, los segundos son los que, sin estar precisamente chayoteados...
—...escriben pontificalmente, como si fueran los únicos, exclusivos poseedores de la verdad absoluta... casi casi como si tuvieran comunicación directa con el "Espíritu Santo" o algo así de mágico.
—Te capto... Se trata de los que siempre ven todo mal cuando están en el gobierno. Un personaje que ayer elevaron como ungido, hoy lo apedrean desde su medio porque...
—...no les obedeció en algo, no les "leyó la mente". Qué bien que te das cuenta de esto hija... Coméntalo con tus amigas, que andan muy desorientadas.
—Algunas son caso perdido... Pero siempre trato de hacer el esfuerzo.
—Los panistas deben sentirse con un poco de "oxígeno" con esa nueva encuesta de Numeralia...
—Ojalá... Pero tengo mis dudas. Son encuestas que sólo responden los que tienen acceso a Internet. A mí me llegó la encuesta en un correo. Me parece bien elaborada, con preguntas equilibradas de las que se pueden responder casi exactamente como uno piensa.
—Lía, pero, la verdad, esos datos sí parecen provenir de los habitantes de Mérida. Los datos de las otras encuestas parecían de habitantes de alguna ciudad en Marte o Saturno...
—Y si le agregas a eso el ingrediente de los escritores pontificales, esos que escriben como si fueran los únicos poseedores de la verdad...
—Son personas que parecen molestas porque no han tenido el escritorio de poder político... Desde sus muy particulares puestos, su visión parece gritar "yo debería estar allí en ese puesto y no me han llamado..."
—Papá, dime, ¿qué se comenta entre tus amigos?
—Entre los cínicos, que les da igual lo que suceda. Éstos prefieren tranzar con facilidad. Los conscientes están preocupados. Los frívolos... pues, ¿qué se puede esperar? Pero todos, en general, rechazan a los pontificantes, hasta los más cínicos.
—Un ciudadano, pienso yo, tiene 3 momentos: se indigna y actúa, participa en el proceso político y gana su grupo, y, finalmente, colabora con el gobierno que se forma...
—¡Eso es lo que no les gusta a los pontificantes! Dicen que "los miembros de la sociedad son absorbidos por la burocracia".
—Pero, papá, ¡alguien tiene que hacer el trabajo! No tenemos una burocracia profesional, que pueda permanecer a través de todos los cambios políticos. Ojalá así fuera.
—Lo se. Por eso entiendo que algunos entren y acepten puestos... Lo que no creo es que se lancen sólo por el puesto. Eso es lo que es falso. Y claro, una vez en el puesto, el desempeño será de acuerdo a lo que te encuentras...
—Y es ésa la parte precisa que el pontificador decide ignorar.
—Exacto. Lía, todo indica que la tendencia es a la confusión, no a la claridad. Y en el río revuelto...
—Todo esto se solucionaría si la gente fuera más activa y participara con más entrega. Y que al hacerlo, sepan que al terminar el proceso, sólo unos cuantos tendrán la responsabilidad del trabajo directo... Pero eso sí, nos informarán con transparencia...
—Rendición de cuentas, Lía, lo que sí tienen los del palacio del poniente y de lo cual carecen los del palacio del norte... Hablo de puntos geográficos en la plaza central.
—Eso pensé, papá.