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México (24 de diciembre).- México ocupa el primer lugar entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) por embarazos en adolescentes y jóvenes entre 15 y 19 años.
Según datos del informe Maternidad en la Niñez del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) “en países en desarrollo los embarazos en adolescentes son más probables entre niñas de hogares de ingresos más bajos, con niveles de educación más bajos y que viven en zonas rurales”, explica.
En el país, tres de cada cuatro niños tiene alguna carencia social y se consideran pobres a 21.4 millones de los 39.2 que viven en el país.
Actualmente, México tiene la tasa de natalidad más alta en adolescentes y jóvenes entre 15 y 19 años de edad: 64.2 por cada mil nacimientos; mientras que Suiza tiene la más baja, con 4.3.
Señala que entre las causas de este fenómeno están la pobreza generalizada, la aceptación del matrimonio infantil por parte de las comunidades y la familia, así como los esfuerzos inadecuados para mantener a las niñas en la escuela.
“El embarazo en general es el resultado de la ausencia de poder de decisión y de circunstancias que están fuera del control de la niña. El embarazo a temprana edad refleja el menoscabo de las facultades, la pobreza y las presiones de compañeros, padres, familias y comunidades”.
“Las niñas que permanecen en la escuela más tiempo son menos proclives a tener hijos, la educación prepara a las niñas para el trabajo y la subsistencia, mejora su autoestima y su posición en el hogar y en la comunidad, y les permite influir más en las decisiones que afectan su vida”.
En la mayoría de los países, comenta, la educación también reduce la probabilidad de matrimonio infantil y retrasa la maternidad.
“El abandono de la escuela, por embarazo u otro motivo, puede poner en peligro las perspectivas económicas de la niña y puede excluirla de otras oportunidades en la vida”.
El riesgo de muerte materna en madres menores de 15 años en países de ingresos bajos y medios, es dos veces superior al de las mujeres mayores.- (La Vanguardia)