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México (23 de diciembre).- En vísperas de las fiestas y del año nuevo, la población de Sudán del Sur no podía imaginar peor fin de año que este. Este domingo se cumplió una semana desde que se desataron los enfrentamientos entre las fuerzas del gobierno, que responden al presidente Salva Kir, y los militares disidentes, comandados por el ex vicepresidente Riek Machar.
Sudán del Sur es país independiente desde el 9 de julio de 2011, cuando un referendo respaldó la escisión aprobada en 2005 por la República de Sudán. Desde entonces, las cosas no han sido fáciles.
Todo comenzó con el ataque de los disidentes al Ministerio de Defensa y la sede del partido gobernante, el Movimiento para la Liberación de Sudán (MPLS). Tras lo sucedido, el actual mandatario acusó a su ex vice, quien fue destituido del cargo en julio pasado, de querer producir un golpe de Estado.
Machar, sin embargo, negó estas acusaciones y apuntó contra Kir, a quien acusó de fomentar la violencia étnica entre los dos principales grupos de Sudán: Dinka y Nuer. El presidente pertenece al primero, mientras que Machar formar parte de la etnia Nuer.
África es uno de los continentes donde más violencia existe entre sus diversas comunidades étnicas, que llegan a ser más de mil en todo el continente. Incluso gran parte de las guerras que se han desatado en esa región tuvieron como punto de partida fuertes enfrentamientos étnicos: el conflicto de Mauritania, el apartheid en Sudáfrica, el conflicto entre cristianos y musulmanes en Nigeria, la guerra entre Ruanda y la República Democrática del Congo, son algunos de los casos más destacados.- (Infobae)
Sin embargo, el gobierno de Sudán negó que los enfrentamientos sean por cuestiones étnicas. “Si uno ve las personas que apoyan a Machar, algunas son Dinkasm, otras Chol, Nuer de otras tribus”, había remarcado un funcionario oficialista la semana pasado, en medio del caos.
A medida que pasan los días el número de víctimas aumenta (ya está por encima de las 500) y lo propio ocurre con las personas que optan por huir de sus hogares. La última semana, unas 20.000 buscaron refugio en la sede de la Naciones Unidas en Yuba, la capital de Sudán del Sur.
Ante este panorama, el presidente Barack Obama expresó que “Sudán está al borde del precipicio”, con relación a las posibilidades de que estos choques entre ambas facciones terminen en una guerra civil.
Además, el mandatario norteamericano, en la misma sintonía que la ONU, instó al país africano a poner fin a las armas. De lo contrario, el gigante del Norte ya aseguró que, “de ser necesario”, intervendría en el país africano.
Si bien desde ambas facciones se expresó la voluntad de resolver el conflicto lejos de las armas, la realidad es que hasta que Kir y Machar no se sienten a negociar va a ser difícil que Sudán del Sur, el país más joven del mundo, deje este estado que cada vez es más alarmante. Mientras todo siga el mismo curso, esta será primera guerra civil de 2014.