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Vaticano (5 de diciembre).- En los últimos meses se descubrieron cientos de “millones de euros escondidos” y “fuera del balance oficial del Vaticano” hasta ahora no contabilizados, informó el cardenal australiano, George Pell, máximo funcionario financiero de la Santa Sede.
Esta información fue dada a conocer en un artículo publicado en el primer número de la revista “Catholic Herald”, difundido en Italia.
“Hemos descubierto que la situación es mucho más saludable de lo que parecía porque algunos cientos de millones estaban guardados en cuentas particulares de cada departamento y no aparecían en el balance”. Añadió que otra cuestión “imposible de responder, es si el Vaticano debería tener reservas muchas más grandes”.
El purpurado subraya que “el Vaticano no está en bancarrota”. “Aparte del fondo de pensiones, que necesita ser fortalecido para afrontar las demandas sobre él en 15 ó 20 años, la Santa Sede está afrontado sus gastos, al tiempo que posee activos e inversiones sustanciales”
Pell es uno de los personajes clave en la reforma de las estructuras vaticanas impulsada por el Papa Francisco, cuando “se dio cuenta de que el sistema financiero vaticano había evolucionado de un modo que resultaba imposible para cualquiera conocer qué estaba pasando en conjunto”.
En febrero fue designado como prefecto de la apenas creada Secretaría de Economía.
En su texto sostuvo que los reformadores de la estructura vaticana han tenido que afrontar un “enraizado sentido de independencia” entre las diversas oficinas vaticanas.
“Una vez leí que el Papa León XIII envió un visitador apostólico a Irlanda para investigar sobre la Iglesia católica. A su regreso, la primera pregunta del santo padre fue: ‘¿Cómo encontraste a los obispos irlandeses?’. El visitador respondió que no lograba encontrar ningún obispo, sólo 25 papas”, sostuvo el purpurado.
Señaló que así ha sido en el pasado con las finanzas del Vaticano, donde las congregaciones, los pontificios consejos y la Secretaría de Estado (oficina de política interior y exterior de la Santa Sede), han gozado y defendido “una sana independencia”.
“Los problemas se han tenido en casa, como se usaba en la mayor parte de las instituciones, laicas y religiosas, hasta hace poco tiempo. Poquísimos estuvieron tentados de decir al mundo externo lo que estaba ocurriendo, excepto cuando necesitaban una ayuda suplementaria”.
Durante siglos, destacó, figuras sin escrúpulos se han aprovechado de la ingenuidad financiera del Vaticano y de los procedimientos secretos.
Además aseguró que las finanzas vaticanas estaban mal reguladas y autorizadas “a desbandar por largo tiempo”, ignorando los principios contables modernos.
Pero precisó que “eso no existe más” porque nuevas estructuras y organizaciones están llevando las finanzas vaticanas al siglo XXI, “haciendo su funcionamiento transparente y con plena responsabilidad”.- (Agencias)