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México (25 de junio).- La postura sentada es la posición de trabajo más confortable pues reduce la fatiga corporal, disminuye el gasto de energía, incrementa la estabilidad y precisión en las acciones desarrolladas pero, de acuerdo con estudios realizados por la Asociación Americana de Cáncer, permanecer sentado durante periodos mayores a seis horas puede elevar las probabilidades, hasta en un 40 por ciento, de morir en un periodo de 15 años.
En promedio, una persona pasa de 9.3 a 12 horas al día sentada, ésta cifra es incluso más grande que el tiempo que empleamos para dormir (7.7 horas) y ésto afecta terriblemente la salud de nuestros órganos, huesos, cartílagos, y según estudios recientes, también afecta nuestra salud anímica.
¿Por qué? Simplemente los seres humanos no somos animales sedentarios por naturaleza, aunque en la actualidad nuestro medio dinámico nos lo exige y, según James Levine -doctor endocrinólogo, experto en obesidad para Mayo Clinic y autor del libro Why sitting is killing you– aún si la persona realiza ejercicio de forma regular, el permanecer sentado afectara gravemente su funcionamiento orgánico natural.
Sentarnos nos vuelve obesos. Las personas obesas permanecen sentadas 2.5 horas más que las personas delgadas y entre 1980 y el año 2000, en Estados Unidos, se descubrió que el sobrepeso incremento su prevalencia al doble aunque las personas mantuvieron constantes sus niveles de acondicionamiento físico ¿por qué? La tasa de personas que permanecían sentadas durante más horas se incrementó en un ocho por ciento.
Sentarse daña nuestro sistema cardíaco. Las personas que mantienen trabajos que les exigen permanecer sentados tienen el doble de probabilidades de mantener enfermedades del sistema cardiovascular que aquellas personas cuyos trabajos les exige permanecer de pie; tras dos horas de mantenernos en ésta postura, nuestro colesterol bueno disminuye en un 20 por ciento. Aquellas personas que permanecen más de 3 horas diarias viendo T.V. aumentan sus probabilidades de muerte por un paro cardíaco hasta en un 64 por ciento.
Sentarse afecta los procesos químicos naturales del cuerpo. La quema de calorías disminuye a -1 cada minuto tan pronto como te sientas, las enzimas que ayudan a metabolizar la grasa descienden en un 90 por ciento y la efectividad de la insulina en nuestro cuerpo disminuye en un 24 por ciento, lo que conduce a desarrollar diabetes.
Sentarse acaba con nuestros músculos y huesos. Un estudio publicado por la BBC establece que sentarnos derechos no es una forma de salvaguardar la integridad de nuestro cuerpo; estar sentados por largos periodos de tiempo provoca a largo plazo severos dolores en la parte media y baja de la espalda, además, apaga la actividad eléctrica en los músculos de nuestras piernas e interfiere con la correcta circulación.
Sentarse genera ansiedad. De acuerdo con el doctor Alan Manevitz, psiquiatra clínico en el Hospital Lenox Hill, en Nueva York, existe una conexión importante entre la actividad física y el bienestar mental. Las personas que presentan ansiedad o depresión escogerán quedarse la mayor parte del tiempo sentadas, lo que paradójicamente, empeora su sintomatología y señala que diversos estudios realizados en animales sugieren que la actividad física puede calmar la respuesta que tiene el cerebro al estrés.
¿Qué puedes hacer? La clásica recomendación de “realizar 30 minutos de ejercicio diariamente”, no va a ser suficiente; en lugar de esto, se debe buscar interrumpir el permanecer sentado tanto como sea posible. Tomar cada oportunidad que se presente para caminar es muy favorable, aún si estas en la oficina puedes ponerte de pie y caminar alrededor de la habitación por un minuto; también funciona estirarse desde la cadera hacia las puntas de los pies, marchar/caminar en un mismo lugar y realizar saltos.
Todo el movimiento que realices logrará movilizar nuevamente tu cuerpo y poner en marcha todos aquellos procesos que se detienen cuando decides quedarte sentado.- (Semanario)