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Londres (1 de julio).- Ayer fue el día más largo del año. El último día de junio tendrá un segundo más con el objetivo de mantener la sincronización del planeta y las estaciones.
Aunque suena algo raro, el que el último minuto de junio tenga 61 segundos, además de romper con la configuración temporal aprehendida desde la niñez, esta adhesión mínima podría causar problemas en los sistemas informáticos; si no en todos, sí en algunos.
Y es que a la noche de hoy se le dormirá el gallo; llegará tarde. Después de tres años, se agregará de forma manual un segundo extra al reloj, con el mismo objetivo de lograr lo que resulta cuando se agrega un día a febrero en los años bisiestos.
La razón de este peculiar acontecimiento -y de los febreros con 29 días- depende de las mediciones de rotación de la tierra. En pocas palabras, la medición de nuestro globo terráqueo es impredecible, causando intervalos irregulares. Así lo explica Pater Whibberley, científico del Laboratorio de Física de Reino Unido, mismo que ha remarcado la necesidad de una planificación en la materia, ya que la irregularidad de estas adhesiones temporales intercalares desemboca en problemas para las redes.
Aunque esto es lo más normal para mantener la sincronía de la tierra, hay una preocupación latente, y esta desemboca en que ese pequeño e inofensivo segundo extra puede causar algunos problemas en sistemas informáticos, como los que se usan para las operaciones financieras en todo el planeta. Al respecto, Pater Whibberley menciona lo siguiente:
“El segundo adicional se anuncia sólo con seis meses de anticipación. Esto significa que las computadoras y el software no se pueden suministrar con segundos intercalares programados, y deben insertarse manualmente”.
Por lo que cualquier equivocación en la añadidura temporal puede desincronizar las redes de comunicación, así como los sistemas financieros. Según las experiencias, cada que se agrega un segundo hay problemas ya que algunos sistemas presentan fallos en el código escrito con el que se manejan, conflictuando más a la región Asia-Pacífico, ya que sucede durante las horas hábiles.
Por su parte, la NASA explica que el sistema de rotación de nuestro planeta se ralentiza gradualmente y estos segundos intercalares sirven para sincronizarlos nuevamente. Así lo dice Daniel MacMillan, del Centro de vuelo espacial Goddard de la Administración Aeronáutica y el Espacio.
Así, como si se tratara de sincronizar nuevamente un reloj, los segundos intercalares son los dedos que ajustan nuevamente el tiempo de nuestro mundo.- (Agencias)