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México (30 de junio).- De acuerdo con científicos de la Universidad de California, la risa se acaba con los años. Aunque, al principio, los niños utilizan la risa como única forma de comunicación poco a poco, hacia la adultez, se convierte en tan solo una conducta emocional.
La zona encargada de realizar tal tarea se encuentra ubicada en la circunvolución frontal superior izquierda del cerebro, en ésta área también reside la creatividad y la capacidad para pensar en el futuro y la moral; de ahí establecen que los humanos sean los únicos seres capaces de reírse. Éstos científicos identificaron que la capacidad de reír disminuye con el pasar del tiempo; un niño de seis años ríe entre unas 300 a 400 veces al día, un adulto lo hace sólo entre 15 y 100 veces y los adultos mayores llegan a sonreír menos de 80 veces diarias.
Históricamente, hace más de cuatro mil años en China, existían templos donde las personas se reunían para reír con la finalidad de incrementar la salud. La filosofía china del Tao aconseja que para estar sano y mantenerse en forma hay que reír 30 veces al día. La medicina moderna parece reafirmar estos antiguas recetas para la salud pues estudios realizados por José Elías, psicólogo español experto en risoterapia, afirma que un minuto de risa diario equivale a 45 minutos de relajación. Desde su perspectiva, reír incrementa la autoestima y la confianza en personas deprimidas, supone un refuerzo inmunológico, corta los pensamientos negativos, elimina el miedo y ayuda a minimizar los problemas.
En la década de los 70, el doctor Lee Bark de la Universidad de Loma Linda, California, tomó un análisis de sangre a personas mientras observaban una película cómica y descubrió que reír de forma hilarante reducía los niveles de estrés y que la risa tiene un efecto sobre el sistema inmunitario: la actividad de los linfocitos T y de las inmunoglobulinas (anticuerpos) aumentaba y continuaba hasta 12 horas después del episodio de risa. A partir de esta experiencia, se comenzó a utilizar la técnica de la terapia de la risa en hospitales de EEUU, Suiza, Alemania y Francia.
Con cada carcajada se ponen en marcha cerca de 400 músculos, incluidos 15 de la cara y algunos del tórax, abdomen y estómago. La risa también ayuda a adelgazar reactivando el sistema linfático. Gracias a su intensidad, cada grupo muscular se estimula como lo haría en una sesión de gimnasia, cinco minutos de risa equivalen a 45 minutos de ejercicio aeróbico.
La columna vertebral y cervical, donde por lo general se acumulan tensiones, se estiran. Además, se estimula el bazo y se elimina las toxinas. Con este movimiento el diafragma origina un masaje interno que facilita la digestión al hacer vibrar el hígado y ayuda a reducir los ácidos grasos y las sustancias tóxicas. También evita el estreñimiento y mejora la eliminación de la bilis.
Entra el doble de aire en los pulmones, lo que mejora la respiración y aumenta la oxigenación de los tejidos al mover doce litros de aire en lugar de seis que es lo habitual. La rapidez con que el aire vaciado sale de los pulmones se multiplica, permitiendo la entrada de aire oxigenado a mayor velocidad.
Se segregan endorfinas, una especie de morfinas expulsadas por el cerebro, con altos poderes analgésicos y que por lo tanto, mitigan el dolor; adrenalina, un componente que en buena medida potencia la creatividad y la imaginación. La risa, además libera dopamina (que mejora el estado de ánimo) y serotonina (que posee efectos calmantes).
Es capaz de incrementar la velocidad de la sangre, además de aumentar levemente la tensión arterial. Esto consigue limpiar las paredes arteriales de pequeños cúmulos de colesterol. El corazón también aumenta su frecuencia y es capaz de bombear cada minuto entre 140 y hasta 210 mililitros de sangre, cuando lo normal son 70.
¿Por qué reímos? Por superioridad. Thomas Hobbes sostuvo que la risa es el resultado directo de la percepción de que otra persona es inferior a uno mismo. Por ejemplo, un amigo se choca contra un poste de luz, un músico falla una nota o un actor cómico hace el papel de tonto e incompetente.
Por incongruencia. Según Kant y Schopenhauer, la risa se dispara cuando el sujeto percibe dos elementos contrarios o incompatibles que por algún motivo aparecen unidos como en el típico chiste de doble sentido o los contrastes de lo absurdo.
Para hacer catarsis. De acuerdo con autores como Herbert Spencer y Sigmund Freud, la risa libera alguna tensión o sentimiento acumulado, como parece suceder con los chistes verdes o agresivos, con la risa nerviosa y con las jocosas peleas o persecuciones en niños.- (Semanario)