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México (22 de septiembre).-
¿Casa?, ¿auto? Para los millennials ?los nacidos entre 1980 y 2000?, ambas cosas están hasta el último en sus prioridades en las qué gastar su dinero, a diferencia de otras generaciones, de acuerdo con Paul Sullivan, columnista financiero de The New York Times.
“No todos los millennials son iguales, pero veo cómo están mucho más conscientes de todos los dólares que se están gastando”, indicó Sullivan.
Como ejemplo dijo que un trabajador de su esposa no posee ningún bien y para trasladarse utiliza Uber diariamente, además comparte un departamento con amigos, así como la cuenta de Netflix, entre otras cuestiones.
“Veo a mucha gente de veintitantos y su mentalidad respecto al dinero es totalmente distinta”, dijo el también autor del libro The Thin Green Line, luego de una conferencia que dio sobre manejo de dinero a gente de Sura en Guadalajara.
Esto choca por completo con la forma de ver el dinero que tienen generaciones como los baby boomers, que nacieron entre 1946 y 1965, y esta diferencia en las prioridades modifica también la dinámica del mercado y de las finanzas comerciales.
Sin embargo consideró que la administración del dinero seguirá siendo la misma, la cual ha dividido en cuatro partes: ahorrarlo, gastarlo, regalarlo, o pensar en qué se hará con él.
“Cuando se trata de dinero debemos pensar en lo que sí podemos controlar (…). Si podemos controlar en qué gastamos el dinero puedes controlarlo todo”, dijo.
Sin embargo, no sólo es dinero, sino que éste está estrechamente relacionado con la sicología, y Sullivan identificó cuatro perfiles de gente al momento de administrar su dinero.
El primero es el que evita hablar del dinero, porque simplemente le resulta estresante. Otro es quien gasta en compras que le dan estatus, como teléfonos, autos, entre otros.
Además identificó el perfil de quien sueña con el dinero y lo que haría si tuviera más, y por último el que siempre vigila sus finanzas y mide con precisión cómo gastará el dinero.
“Sabiendo lo que nos domina en el dinero se puede modificar y mejorar la forma de manejar el dinero, pero lo primero es saber qué puedes controlar, si no lo puedes controlar debes pensarlo dos veces”, concluyó.