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El segundo paso de nuestra propuesta para ser un inversionista exitoso es contar con una filosofía de inversión robusta. Ésta debe contener respuestas objetivas a una serie de preguntas.
En los últimos meses hemos escuchado de macro fraudes a personas de muy alto nivel de ingresos. Cualquiera pensaría que una novatada de ese tipo debería ser casi imposible pero la ambición es muy cegadora en la mayoría de los casos. La primera regla, por tanto, es que siempre debemos entender el negocio en el que estemos metidos: cuáles son sus potencialidades y sus riesgos.
Existe una confusión muy común entre los inversionistas. Por el hecho de no poder implementar adecuadamente la filosofía definida, no sienten la necesidad de conocer con buen nivel de profundidad cómo se invierte su dinero. Recuerde que el más afectado —y preocupado, dado el caso— por el resultado de las inversiones, es el dueño del dinero arriesgado.Ello implica trabajar con personas especializadas en el tema. Como cualquier negocio, requiere operaciones cotidianas. La mayoría de los inversionistas no tienen ni el tiempo ni la experiencia necesaria —por lo menos en un inicio— para poner en práctica una buena filosofía y estrategia de inversión.
Siempre recordemos que debemos tratar de entender en qué estamos invirtiendo. Si de plano no lo entiende, mi sugerencia es: no se meta, por mucha confianza que le tenga a su asesor financiero.
Para una estrategia de inversión, previamente ya debe haberse definido el instrumento: acciones, opciones, futuros o forex. Lo he recomendado en artículos anteriores: mi sugerencia es iniciar con acciones.
El siguiente punto es el plazo de inversión. Por norma general debe aceptarse que es una inversión a largo plazo —más de un año. Uno de los mayores riesgos de la inversión en bolsa es ponerle un plazo definido a una inversión, aunque sea a muy largo plazo. La regla de oro en este aspecto es que se debe vender cuando sea el mejor momento. Esto puede ser cuestión de días, semanas, meses o años. Lo importante es que uno no define el plazo, sino las circunstancias del mercado en función de la utilidad esperada.
Recuerde que las utilidades de las inversiones son reales hasta que se vende el instrumento. Antes son referencia y nada más. Si me dedico a vender televisores y estimo que el precio de venta será X por lo que estimo que mi utilidad será Y —según el precio M en que lo compré— Y no es real sino hasta que efectivamente se vende y se cobra.
Las utilidades potenciales y/o virtuales están a la orden del dia en la bolsa. La gente piensa que porque determinada acción ya llegó a un precio X, "ya tiene utilidad". En la práctica los precios de las acciones se mueven todos los días, todo el día en que el mercado de valores esta operando —6.5 horas diarias.
La segunda recomendación es ponerse utilidades según el instrumento de inversión, plazo y potencialidad esperada. Una vez logrado lo anterior, debe realizar su utilidad.
La persona que piense que podrá en forma consistente comprar siempre a los mejores precios del mercado y venderá a los precios más altos, no tiene idea de cómo funciona este negocio. Si esa es parte de su filosofía de inversión, seguramente en el largo plazo no tendrá buenos resultados.
Otro aspecto que debe cumplir la filosofía de inversión es que uno puede pensar que determinada acción tendrá algún sentido especifico —subirá o bajará de precio. Entonces actúa en consecuencia. Ningún inversionista serio podrá asegurar que las cosas siempre salen como uno piensa.
Cuando sucede lo anterior existen 2 caminos recomendables: uno, reevaluar los elementos que permitieron tomar la decisión. Si considera que fueron correctos y vigentes, mi recomendación es no asustarse y aguantar. Normalmente el mercado paga a los pacientes que hacen adecuadamente su trabajo de análisis.
En el caso de que considere que la decisión no fue la más adecuada porque no tomó ciertos aspectos en consideración o las condiciones del mercado no cumplieron con nuestra expectativa, lo conducente es tomar una de las decisiones más difíciles: reconocer su pérdida y continuar.
Hay un dicho muy común en este negocio en referencia al punto anterior: “es mucho mejor saber cuánto me costó esta operación que especular cuánto me va a costar”. En el transcurso de los diferentes artículos comentaremos mucho sobre este tema.
Debido a lo extenso de este tema, iremos comentando en varios artículos más puntos que son importantes en la definición de la filosofía de inversión. Le reiteramos nuestra sugerencia de solicitarnos por correo electrónico: a7finanzas@coinsuy.com, la presentación que tenemos sobre los beneficios de la inversión en bolsa. Manuel Mier y Teran Fortuny.