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1. Carlitos el Huerfanito (...y III). En virtud de la generosa respuesta de los yucatecos, pero sobre todo por el tamaño de las necesidades del afectado, y también considerando que con esto de la influenza debe haber quedado más ahogado que cualquier otro pequeño comerciante del ramo, hemos accedido a petición de un grupo de amigos del gremio de los modestos asesores de tiempo completo, continuar la campaña en favor del damnificado number one de la cochina crisis económica (y de la antes llamada porcina, hoy inhumana influenza humana).
Que hasta la Arquidiócesis de Yucatán ya está considerando que un porcentaje de lo recolectado del Diezmo se destine al atribulado padre de familia Carlos Sobrino Sierra. Si todavía no lo has visto (ya quedan muy pocos corazones de piedra que no lo han hecho), enternécete y suelta (después de soltar un llanto solidario) lo que a tí seguramente te sobra y a los Sobrino —más seguramente aún— les falta en este video:
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2. ¿Brincamos de 1 caso a 18?¿Que pasó? ¿Resulta que habían 17 casos más y no nos dijeron? Se trata de un ocultamiento de información del Gobierno del Estado de Yucatán. Para poder enviar al laboratorio que el gobierno federal tiene para confirmar las muestras que los estados envían, se requiere que los estados cumplan criterios de casos sospechosos, entre ellos que la prueba haya dado "positiva" en el estado. Este "encuadre de caso" es obligatorio. La secretaría de salud de Yucatán envió casos sospechos al laboratorio de referencia capitalino, sin decirle a los Yucatecos que tenía casos sospechos. Se obró en dirección contraria a la que ha mantenido Felipe Calderón a nivel federal, que ha sido la de transparencia total, así sea con costos políticos al propio gobierno federal. Se mintió a los ciudadanos peninsulares para no reconocer que el éxito de la campaña "O casos en Yucatán". Incluso el Dr. Alvaro Quijano Vivas ha reconocido que se les dió medicamento antiviral a los 17 casos y a sus familiares. ¿Por qué los yucatecos, como la mujer burlada, somos los últimos en enterarnos?
3. El robo del coche del diputado. A Rodolfo González Crespo le robaron su auto, con todo y laptop con información confidencial de la campaña de Carolina Cárdenas Sosa. Después de un conveniente tiempo, aparece el automóvil y los cacos. No faltaba ni el dinero, ni la Lap top, ni los USBs, ni nada, todo intacto. Lo inusual del caso, aparte de que todo apareció completito, es que los cacos dicen que sí son raterillos, pero que el coche lo tenían unos judiciales y que los metieron al coche y los obligaron a imprimir sus huellas dactilares en el volante y en el espejo retrovisor. ¿Otro caso fabricado por el subprocurador Rafael Acosta Solís y la policía estatal? Esto da miedo...
4. Fiesta y Tequila. Sábado en la noche. ¡La fiesta se acabó! Entró la policía y se llevó a varios. Que la gente de Tequila Rock no se aguantó ante la contingencia y organizó una fiesta en un lugar a unas dos cuadras de la hacienda Chichí Suárez —unos dicen que de 600 y otros le apuntan a 1200 jóvenes— en medio de la crisis de salud, en los días de más intensidad de la contingencia. Sólo se detuvo a unos cuantos meseros. ¿Y los organizadores, propietarios o responsables reales? La ilegalidad abarca la falta de permisos para una fiesta comercial, pagada y cobrada, y la otra, la nula sensibilidad para exponer la salud de cientos de jóvenes en un momento crítico, en el que todas las empresas hacían sacrificios económicos.
5. Jóvenes, juniors y bonitas. Que en horas de trabajo, el Secretario de la Juventud Javier Osante es el verdadero coordinador de la campaña de Angélica Araujo, candidata del PRI a Diputada Federal por el tercer distrito, que abarca la mitad poniente de Mérida. Según esa versión, Osante, junto con la regiomontana Gabriela López, ex novia del superasesor Ulises Carrillo, también de Monterrey, son los verdaderos operadores de la campaña, con cargo al gobierno del estado de Yucatán. Los coordinadores pantalla, los que aparecen como coordinadores son el Cheché Ceballos, ex alcalde defenestrado de Mérida, y el diputado Gaspar Quintal Parra.
6. Más de Gaby, de 25 en 25. La misma regia, Gabriela López instaló su oficina en el edificio que tiene Arturo Millet, en Monte Cristo (que antes era una discoteca). Su próspero despacho cobra asesorías "por proyecto", un promedio de $25 mil mensuales por cada uno: lo mismo un video facturado para el informe ciudadano que proyectos en las distintas secretarías. Así que si hacemos cuentecillas no le ha ido mal: se contabilizan casi 20 "proyectos sociales". Además Gabriela cobra $25 mil mensuales, en la Secretaría de la Juventud, en donde todo lo que se hace, a nivel público, debe ser conocido y aprobado por ella... lo mismo que la estrategia de las campañas, sólo que eso no se factura así, sino que el pago por ello va incluido en la bolsa de los proyectos. Clever...
7. Planet Bowl. Otra empresa que se lució por su falta de solidaridad social fue este boliche con restaurante y bar. A diferencia de otras empresas similares de diversiones, no cerró tampoco sus puertas en los días más álgidos de la contingencia. Que se sepa, el giro de ese negocio no es considerado prioritario en condiciones de una emergencia sanitaria como la que acabamos de salir. ¿O sí?