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Mérida, Yucatán, México, mayo 17 de 2020
Cuando un medio informa sucesos o datos reales, no está haciendo crítica, solo está informando. Si los datos que el medio da no son verdaderos, entonces estamos ante otro tipo de problema: el medio es un mentiroso o un difamador. De ese tipo de medios conocemos muchos. Todos ellos actuaron a favor de UN PARTIDO POLÍTICO cuando el PAN fue gobierno. Lanzaron mentiras, verdades a medias o sacadas de contexto. Fueron todas ellas piezas de información que resultaron en que el ciudadano dudara de las decisiones electorales que había tomado.
¿Qué pasa hoy con los medios que muestran datos o hechos que no ayudan a la imagen del gobierno actual? Pasa algo que jamás había pasado: el presidente de la república despotrica contra ellos públicamente; les lanza adjetivos peyorativos. Estas acciones resultan en exaltación de ánimos de algunos grupos. El Periódico Reforma dio a conocer una grabación de una llamada telefónica en la que quien la hace se identificó como miembro de un cartel (favor de recurrir a tu propia investigación para dilucidar el hecho). La persona manifiesta estar “harta” con las críticas del medio al presidente y amenaza con “volar el edificio [de Reforma] si no deja de emitir críticas”.
Este cuadro sí muestra ya una clara degradación de la calidad de país. La libertad de expresión es sagrada; no va de la mano de la “libertad de volar edificios”. La libertad de expresión JAMÁS toca físicamente una sola propiedad o persona. La libertad de expresión se manifiesta por escrito en prensa impresa o redes sociales, por audio en radio o redes sociales y por video en televisión abierta o redes sociales.
La libertad de expresión está sujeta a demanda legal por daños y perjuicios. Si el demandante prueba que algo expresado difamó su situación e hizo que pierda dinero y comprueba algún método para cuantificar la pérdida, es posible que haga un juicio, demandando al medio por daños y perjuicios, tanto de tipo moral como material.
Ahora bien, en cuanto a figuras públicas o al gobierno como entidad, el tema es más complicado y la libertad es más amplia. Todos los ciudadanos tienen derecho a saber exactamente lo que el gobierno está haciendo. Cualquier medio puede adoptar la tarea de informar algo que el gobierno también informa. El gobierno está obligado a informar; el medio no, pero escoge hacerlo. ¿Qué pasa si el medio investiga y descubre que lo que el gobierno dice no es lo que en realidad se está dando?
Surge el problema de Las Dos Realidades: una de las dos será falsa. “Es falso que los hospitales estén saturados.” —afirma el gobierno. No debe ser tan difícil demostrar la realidad verdadera: el dato es la cantidad de camas libres para recibir casos de enfermedad concretos. Si la prensa muestra a un individuo que declara haber intentado encontrar algún lugar en donde se le tratara, resultando que finalmente encontró un lugar, pero fue “demasiado tarde” (murió), ¿cuántos casos más habrá del mismo tipo? ¿1000, 100, 10,000? Cuando se trata de cifras, nadie debe discutir, sino sólo mostrar las cifras y el método que se usó para lograrlas.
¿Se están incinerando (proceso normal) muchos cadáveres? Sí. ¿Hace falta mostrarlos? Pues, digamos que hay clientela para todo. ¿Qué objetivo tiene mostrarlos? ¡Vender video, atraer gente, que vean anuncios! Mostrar, mostrar. El medio busca clientela para su producto. Por desgracia, ese producto, puede causar que la mente del espectador salte de lo que ve a la conclusión de que “algo está mal”. Y sí, ya sabemos todos que hay algo muy mal que sucede hoy: gente que se contagia con un virus, desarrolla una enfermedad que se llama “Covid19”; algunos mueren, otros sanan después de sentirse muy mal algunos días, y otros no sienten nada. Eso es lo que está muy mal.
El presidente de la república tiene el privilegio de usar una tribuna —Las Conferencias de Prensa Mañaneras— en la cual, cualquier cosa que diga, puede provocar una reacción fuerte de la gente.
Es una conferencia de prensa, no una plática de café.
En una plática de café, estaría re bien que dé su opinión: “Es de muy mal gusto este tipo de nota… Totalmente innecesaria.” En una conferencia de prensa solo debe aportar datos. Emitir una opinión es manipular la libertad de decisión de la gente; es marcar la “línea” en la que “deben” pensar.
Datos valiosos y además, aclaratorios: “Los hospitales tienen entre 70% y 94% de ocupación en lo que se refiere a camas con equipo especial para tratamiento de pacientes con Covid19 en fase grave“. A eso debe limitar su participación.
Ah, claro, puede enviar a sus opiniólogos favorables a diferentes programas de opinión y allí, esos personajes con esa labor específica, ejercerán su libertad ciudadana de expresión para calificar los actos de los medios.
Es de mal gusto, es deplorable, es de poca calidad de país, que el presidente lance públicamente adjetivos peyorativos a medios, sectores, instituciones o personas que hayan emitido —haciendo uso de sus libertades— opiniones negativas del gobierno.
El derecho de réplica del gobierno es Ofrecer Datos y sustentarlos.
Datos, datos y más datos: comprobar todo; este es el único camino válido. No estoy de acuerdo en que el gobierno se quede mudo ante la crítica; no, para nada; debe responder pero sólo con datos contundentes que dejen en ridículo las críticas basadas en datos falsos; o bien, retractarse y explicar por qué ha estado sucediendo lo que la prensa opositora expone y critica.
No olvidemos que todos estos virus, grandes azotes de la humanidad, han proliferado por la incesante, intensa, inútil, destructiva, sucia y anti-ética relación utilitaria que el humano tiene con especies animales que usa como alimento. Hoy, la Buena Ciencia nos indica que no necesitamos lo que perseguimos al destruir o molestar miles de millones de vidas de animales; lo que hacemos perjudica el medio ambiente del planeta, generando 51% de calentamiento global; la pésima y obsoleta costumbre nos pone en el planeta Tierra como la especie más cruel y despiadada en su trato a las demás especies que jamás haya existido.
Con solo cambiar hoy mismo, ya habrás comenzado a cooperar con todos los que en alguna forma buscamos un mundo mejor.