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Mérida, Yucatán, México, junio 07 de 2020
Si hay alguien que deba recibir en forma perfecta el calificativo de “conservador” es Andrés Manuel López Obrador. Él es el más conservador de todos los conservadores de México.
Explico.
Conservador viene de “conservar” y lo que Amlo desea más que nada en la vida es REGRESAR a la forma de gobierno que había previo a la decisión mundial de combatir el ESTATISMO con LIBERALISMO económico, social y político.
El liberalismo social consiste en respetar la individualidad y los derechos humanos básicos del individuo. Gana el ciudadano, la persona.
Liberalismo económico significa permitir que los países más eficientes para producir X producto, sean los que los produzcan y lo vendan a los que son eficientes para producir el producto Y, mismo que comprarán de los países eficientes para producir Y. Significa también (liberalismo económico) porque promueve que sea la empresa privada la que produzca todo lo que se necesita en la sociedad. Al hacerlo así, la sociedad disfrutará de ofertas diferentes, haciendo que gane el consumidor. La competencia entre varios productores produce más calidad y precios más bajos.
Liberalismo económico significa que El Gobierno debe ocuparse de aquello que NO ES NEGOCIO, pero que es necesario para toda la colectividad: seguridad (fuerzas del orden), salud (debería ser universal, con participación de los privados solo para hacerlo mejor), educación para todos de alta calidad, para evitar los contrastes entre la educación de los ricos y la de los pobres. El Gobierno debe proveer de la educación de más alta calidad, de tal manera que las escuelas privadas dejen de ser mejores que las oficiales. Esto es parte del liberalismo económico.
Liberalismo económico NO ES que empresas privadas se pongan en contubernio con El Gobierno y hagan obra pública pagando participaciones ilegales a funcionarios públicos o políticos por “ganar los concursos”. Esto NO ES liberalismo ni conservadurismo: esto es CORRUPCIÓN. Y esto NO ES el liberalismo ni social ni económico ni político.
Liberalismo político es que todas las formas ideológicas puedan ser representadas al tomar decisiones legislativas. Todas deben tener voz y voto. Van a ganar las que más convienen, no las que están a favor de lo que CREEN los partidos políticos. El partidismo legislativo es la muerte de la democracia. Los diputados y senadores deben votar las cuestiones legislativas de acuerdo a sus representados, no de acuerdo a sus partidos políticos.
Liberalismo político es total libertad de expresión. Todos deben poder hablar abiertamente de lo que CREEN. El debate debe (y por desgracia, ya entramos al mundo del “debe ser”, el más difícil de lograr) ser acerca de las ideas y NO dirigido a combatir a la persona. Esta malformación del debate concentrado en la personalidad del oponente y no en los elementos del tema que se discute, es parte de lo que se desprende de esa tendencia maligna a que el legislador responda a intereses de grupo —o de quien pagó su campaña— en vez de concentrarse en los elementos de importancia para los intereses de la colectividad.
El Liberalismo Político es lo más difícil de lograr. Por eso es importante que el dinero para que los partidos “vendan” a la sociedad sus banderas ideológicas NO DEBE provenir de particulares con intereses comerciales, sino de fondos públicos. Este tema aún está muy imperfecto. Las personas solo deben poder dar donativos a los políticos siguiendo máximos por donante y deben provenir de dinero PERSONAL (no empresarial). Las empresas NO SON entes políticos; no votan; por lo tanto, no deben tener ningún derecho a donar a los candidatos.
Ahora AMLO quiere meterse con el INE, porque NO ENTIENDE (o sí entiende, y precísamente por eso quiere regresar al pasado) el espíritu de las leyes y reglamentos del ex IFE y del actual INE. En ambos casos siempre lo que se ha buscado —con muchas imperfecciones— que los partidos cuenten con fondos públicos suficientes para la venta inicial de sus ideas y, a partir de esa “venta inicial”, si ganan adeptos, obtener votaciones elevadas. Hoy, el partido de AMLO, MORENA, es probablemente el que más fondos recibirá —por ley— del INE.
El Estatismo mantenía el control férreo de las elecciones en manos de la Secretaría de Gobernación. Todos los políticos eran del PRI; el que no votaba por el PRI, casi era considerado un “traidor”. El PAN fue el partido que más logros tuvo, al irle ganando posiciones al PRI a costa de una ciudadanía que iba y cuidaba las casillas noches enteras, para evitar que esbirros al servicio del PRI-GOBIERNO se las robaran. Todo esto los que tienen menos de 20 años, no lo vivieron. No saben que así era el país. La REFORMA ELECTORAL fue obra de gente valiente que se enfrentó a un PRI todopoderoso y en 1997 fue que por primera vez se logró una elección organizada por el IFE y no por el gobierno. Fue la primera vez en 80 años que el PRI no tuvo mayoría en el congreso.
Conservadurismo político (que es en lo que AMLO quiere) es CONTROL absoluto del gobierno sobre las elecciones. El liberalismo político busca instituciones como IFE o INE y no como el PRI tradicional. MORENA desea colectivamente (su masa) ser como el PRI: el partido dominante, el partido hegemónico, el partido ÚNICO. Esto es VERDADERO CONSERVADURISMO POLÍTICO y es lo que AÑORA AMLO.
Debemos estar preparados para entender que eso que AMLO llama “conservadores” es el conjunto de entes sociales que NO QUIEREN REGRESAR al modelo PRI-GOBIERNO (ahora sería MORENA-GOBIERNO). El único, el verdadero conservador es AMLO.
Cuando obtuvo los votos suficientes, el sistema que él llama “conservador” le entregó el poder. Y ahora quiere evitar que ese mismo sistema electoral (aún vigente en el país) le arrebate el poder a él, para entregarlo a un verdadero LIBERAL en lo económico, social y político.
La campaña que advertía al electorado mexicano que López Obrador era “un peligro para México”, fue pagada con dinero no autorizado por las leyes y reglamentos del IFE. De haber sido pagada a través de contribuciones (millones de ellas, pequeñas) de los ciudadanos, la campaña habría sido perfectamente válida. ¡Y vaya que tenía razón la advertencia de la campaña!
Todos los movimientos de AMLO han sido para REGRESAR a ese país autoritario que nos dio tanto trabajo quitarnos de encima en 1997.
Conozco a algunos políticos que solo creían en el PRI (de buena intención) y no creían que dejar a México en manos de otras formas de hacer “política” sería conveniente. Ellos querían esa “paz social” de cerca de 80 años (con sus momentos desagradables), se mantuviera para siempre con el mismo sistema de un solo partido controlado por el gobierno, en tanto que los demás partidos serían títeres del gobierno, verdaderos “paleros”, que solo existirían para dar una “cara bonita”. Algunos de esos políticos hoy están con MORENA, algunos siguen FIRMES en el PRI y quizás en el fondo de sus corazoncitos también quisieran regresar a esos tiempos.
Hay que entender a qué queremos regresar: a ese LIBERALISMO POLÍTICO bien legislado, que AMLO quiere hacernos creer que es “conservadurismo”. La realidad es que a algunos nos causa una furia interna escuchar lo equivocado que está AMLO al tratar de vender en todas sus mañaneras y en sus videos esporádicos, una idea totalmente demagógica de los términos “liberal” y “conservador”.
Sí, Juárez fue un LIBERAL TOTAL. Quería todo lo que hemos definido aquí como LIBERALISMO social, político y económico. Los conservadores no querían eso: querían una monarquía y nada de democracia sino algo así como una “aristocracia”. Hoy todo el mundo es “juarista”, pero como todo en la especie humana, con el paso del tiempo, las cosas se pudren. Parte de la podredumbre fue lo ocurrido cuando los gobiernos se coludieron con los particulares para repartir contratos de obras necesarias (y muchas veces, hasta bien hechas) a cambio de “moches”. Eso NO ES LIBERALISMO (ni NEOLIBERALISMO) sino simplemente CORRUPCIÓN.
El PRI-GOBIERNO, sistema al que AMLO quiere regresar, sería también una especie de “aristocracia” definida por sus propios dirigentes (el mismo AMLO a la cabeza) como lo más conveniente para los mexicanos. Como los mexicanos sienten repulsión por los partidos políticos (es lo que logró el PRI con sus jugarretas sucias) estarían de acuerdo en tener un MONARCA con nombre de PRESIDENTE VITALICIO.
Un conjunto de ciudadanos que ve las cosas así, es un conjunto de cobardes, incapaces de entender que ellos pueden y DEBEN ser los únicos dueños de su gobierno. Para eso sirven los partidos políticos: para dar canalización a diferentes ideologías o métodos para resolver los problemas. El jueguito que ha contribuido a pudrir el sentido de los partidos políticos fue obra del PRI que tiene en MORENA, hoy, su más fiel heredero.
Quizás el más perfecto representante del dinosaurismo político sea Bartlett, quien ya tiene gran compañía entre los personajes más corruptos, verdaderamente corruptos, de eso que AMLO equivocadamente llama “neoliberlismo”. ¡Qué mal está el presidente este! ¡Qué mal!
Pero, ¿lo entiende el grueso de la gente? ¿Lo entiendes tú, que estás leyendo esto? Esta es la realidad de lo que ha sucedido en México durante los últimos años.
El gobernador de Jalisco es un verdadero LIBERAL, al estilo de lo que Juárez quería para México. De allí el gran pleito que se ha armado entre AMLO y el de Jalisco. Claro que es deleznable la manera en que actúan las fuerzas del orden de todo el país. Todos los días suceden cosas como la que sucedió en Guadalajara; todos los días; solo sabemos las que la lupa de lo que los medios ahora al servicio del presidente (por cobardes) amplifican para que toda la sociedad los vea como lo peor de lo peor.
Obvio, REPITO UN MILLÓN DE VECES: rechazo, odio, no tolero, la brutalidad policíaca. Me siento más inseguro cuando veo que se me acerca una patrulla (quizás en Yucatán, no tanto; pero pregunten a aquel empresario fallecido que corretearon hasta matar en tiempos de la Ortega Pacheco) que si se me acercan los mafiosos.
Enrique Krauze cree en el liberalismo y AMLO no lo tolera. Entonces lo llama “conservador” porque no cree en eso que AMLO trata de vender como “liberalismo”, que no es sino el estilo del PRI más viejo y obsoleto para México.
Lo más conservador fue haber acabado de tajo con ese intento de “Reforma Educativa”. Perseguía orden en el sistema educativo mexicano, que se traga miles de millones (8% del presupuesto federal) cada año en “educación”. Hoy tenemos a gente que difícilmente sabe redactar, pensar, analizar, dilucidar entre ideas. Una verdadera democracia liberal requiere de gente con altos niveles de conocimiento integral de la vida humana. Eso NO SE LOGRA con el sistema educativo que hay en México; el que AMLO quiere que se mantenga como el único que exista, con Gordillo (Elba Esther) vigilando.
No, amigos conciudadanos mexicanos: el único verdadero retrógada, conservador en cada hueso, es Andrés Manuel López Obrador, rodeado de lo peor del pasado reciente: Bartlett, Gordillo, Cabal, y otras joyitas.
Si no pudren el INE, es el único camino que nos queda para liberarnos de la estupidez que se nos vino encima. La solución somos nosotros.