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La experiencia de muchos analistas, de distintos países, nos dice que así como hay publicistas que ayudan a los políticos en sus campañas electorales, los hay también que desbarrancan campañas y trayectorias. Se recomienda, siempre que se recurre a un publicista, no entregarse a ellos, no dejarles el grueso de las decisiones y responsabilidades, asegurarse el levantamiento de encuestas fuera del control de los publicistas, a fin de corroborar los “datos duros” y tener elementos “finos” de lo que se ha trabajado mal o no se ha hecho.
Tengo la impresión de que al grupo de asesores que rodea a la gobernadora Ortega Pacheco yá “se les pasó la rosca”, se excedieron con las cargas de publicidad y abusaron de los sentimientos, de la imagen personal y del “yoísmo” en los promocionales, lo mismo en radio y T.V., que en prensa escrita e internet.
No es solo el derroche, que por sí mismo resulta ofensivo. No. Súmele las horas que dedica Ivonne Ortega, TODOS LOS DÍAS, al gimnasio, a los masajes, a los afeites, el maquillaje y la peinadora. Considere, nada más, el gasto (que seguramente pagamos nosotros) en el vestuario de “la señora”. A eso agréguele la onda “saludando a las estrellas” que le ha dado a últimas fechas. Agréguele el “cultivo” que hacen TELEVISA y sus manejadores (Salinas de Gortari y Azcárraga) utilizando estrellitas para seducir a la Ñora del Justam a favor de sus intereses.
¿Se ha puesto ha considerar, amable cibernauta, que entre los lectores de los periódicos hay quienes sienten una patada en el hígado al ver las fotografías de Ivonne Ortega bailando reggaetón con el Gobernador de Coahuila o arrimándosele a William Levy en medio de una rueda de aplaudidores?
No pongo en duda el arrastre logrado por la Gobernadora y por su gestión, entre un sector de la población. No pienso, tampoco, que haya desencantados, que haya un sector que se haya desprendido al pasar al grupo de los descontentos, de los insatisfechos. Lo que alcanzo a advertir es que quienes no votaron por ella, en mayo del 2007, se han empezado a hartar de los excesos publicitarios y del personalismo vacío y manipulador que utiliza Ivonne Ortega para Gobernar. He podido conocer de primera mano expresiones de grupos sociales, no necesariamente ligados al PAN o al PRD, cargados de vibras negativas ante lo que consideran mentiras y cinismo de la Gobernadora de Yucatán.
No quiero hablar de ética ni referirme tampoco al proyecto de sociedad que se persigue. Me quedo, simple y llanamente, en el terreno marcadológico: pienso, siento, que la Ñora del Justam se pasó de tueste en sus excesos personalistas. Veo, percibo, un sector cada vez más grande de la sociedad meridana –para no generalizar al estado- que se encuentra cada vez más molesto –encabronado, es el término preciso- por la frivolidad y por los excesos de Ivonne Ortega.