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Mérida, Yucatán, 16 de septiembre de 2014.- En el 204 aniversario del inicio de la gesta que dio independencia a los mexicanos, el Alcalde Renán Barrera Concha advirtió que es todavía una tarea inacabada y si hoy el “extraño enemigo” que denuncia en sus letras el Himno Nacional no es un ejército invasor, hay que permanecer en guardia frente a otros riesgos que le ponen coto a los anhelos patrios.
En su intervención durante la Sesión Solemne de Cabildo para conmemorar el aniversario del inicio del proceso de independencia en la que el orador huésped fue el Cronista de la Ciudad, Gonzalo Navarrete Muñoz, el Concejal dijo que quizá el concepto de patria no ha echado raíces profundas, que quizá la patria navega en aguas superficiales porque en algún momento de la historia, como un encargo oficial, las instituciones gubernamentales han hecho de la patria un estereotipo que conviene a su ideología.
—La patria es como una mercancía tricolor fabricada por el oficialismo sin convocar a la ciudadanía para que participe en el proceso de su construcción —expresó—. Quizá sea por eso que en el imaginario colectivo el concepto de patria está en riesgo de limitarse, si no es que ya se limita, a las estampas que salen a la calle el mes de septiembre, a la camiseta de fútbol, al campeón de box… La patria, prisionera de sus símbolos.
—Es tarea prioritaria de nosotros, desde el gobierno, construir esos íconos y dar a los ciudadanos la buena noticia de que la patria es sí el arte, la cultura, el deporte, pero es también, y sobre todo, la acción ciudadana que en el marco de la democracia promueva la independencia que nos legaron los héroes que aquí y ahora mismo honramos —indicó—… Y, qué mayor ofrenda podemos entregarles que seguir la impronta de sus huellas imborrables en el camino hacia la libertad.
—La independencia y la libertad son esenciales, pero no bastan por si mismas para la construcción de la patria —subrayó—. El sueño de nuestros héroes no se agotó en la firma de una rendición o en la expedición de un decreto. Más allá de estos actos trascendentes, en su anhelo estaba la visión de un país que pudiera ser reconocido como patria por todos los mexicanos.
Renán Barrera precisó que la patria omnipresente en la cultura nacional, representada en sus símbolos y expresada en sus todas sus manifestaciones, lo mismo en las instituciones llamadas a resguardar su integridad, su independencia y su soberanía, según la tarea que corresponde a las Fuerzas Armadas, que en las acciones ciudadanas que exaltan los valores nacionales a través del arte, el deporte y el quehacer cívico en la vida cotidiana.
—Hay más de un botón de muestra en cada una de las manifestaciones artísticas del México independiente y post revolucionario, baste recordar: el Vate López Méndez nos enseñó a creer en México como en “el vértice de un juramento”, y en la “Suave Patria” de López Velarde donde encontramos nuestra identidad festiva y promisoria. Entre el fuego y el cobalto de sus luces, entre la profundidad de sus selvas y sus sombras, el entrañable Fernando Castro Pacheco plasmó un importante tramo de la historia patria en los murales del Palacio de Gobierno de Yucatán y en la Ciudad de Querétaro. Carlos Chávez, José Pablo Moncayo y Silvestre Revueltas, entre otros músicos mexicanos de talla universal, mostraron al mundo el México que nos pertenece y al que pertenecemos. Sin duda, es en el deporte donde encontramos, entre claros y oscuros, toda la gama del sentimiento patrio que va desde la exaltación de lo nacional, hasta el patrioterismo.
—La patria imaginada por los libertadores ya no busca héroes sino cumplidos ciudadanos, funcionarios probos y servidores públicos honrados que no antepongan sus intereses personales y de grupo frente a las urgentes tareas nacionales, dispuestos a someter al escrutinio público, por las vías institucionales, sus propuestas, y diligentes en la rendición de cuentas —describió—. Comunicadores y medios al servicio de la vida, que no promuevan más la violencia y la enajenación; diseños económicos de responsabilidad compartida capaces de hacer cierto el derecho al trabajo, capaces de retener a sus obreros y campesinos en el marco de las fronteras del territorio nacional, para sembrar en el suelo mexicano la esperanza que hoy buscan lejos de su patria.
—Ciudades seguras, funcionales y acogedoras que, en armonía con el medio ambiente, sean espacio para el trabajo, el recreo y la convivencia familiar. Ciudadanos que acudan a las urnas pensando en un proyecto social…Esa es la patria, ese el descanso de nuestros próceres, el proyecto que tenemos en las manos y que nos reclama a todos. No es el sueño, sino el despertar —rubricó.