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México (2 de abril).-
Revisar a conciencia un inmueble antes de recibirlo no sólo aplica en la compra de una vivienda nueva.
También es importante realizar una inspección detallada si planeas ser inquilino en una propiedad.
La fase de entrega es clave para reducir al mínimo los roces con tu futuro rentero, comenta Blanca Garza, de Real Key State.
“Se debe revisar bien el inmueble, pues en el contrato se especifica que lo recibe a su entera satisfacción”, advierte.
Incluso es conveniente que solicites un plazo de 15 días al arrendador para probar la propiedad y validar que todo funcione correctamente.
Durante el periodo de gracia, los desperfectos que surjan deben ser resueltos por el propietario.
“Esto aplica para cosas que no se pudieran ver a simple vista en la inspección inicial”, señala Garza respecto a vicios ocultos como goteo de llaves y pisos sueltos, entre otras anomalías.
Considera que si durante este lapso rompes un vidrio, por ejemplo, tendrás que cubrir el costo de la reparación.
Para evitar malentendidos, establece con claridad y por escrito los gastos que cubrirá cada una de las partes.
“El pago del impuesto predial generalmente corre a cargo del arrendador”, apunta.
Si la propiedad se ubica en una privada o forma parte de un condominio, se debe especificar desde un inicio quién pagará la cuota de mantenimiento.
Generalmente, los costos asociados con la impermeabilización son responsabilidad del rentero.
Mejor piénsalo dos veces si planeas realizar otro tipo de desembolsos, como modificaciones o reparaciones al inmueble por tu cuenta.
“Por lo general, las mejoras las lleva a cabo el inquilino con la autorización por escrito del arrendador.
“Ahí ambos acuerdan que al término del contrato quedarán a beneficio de la propiedad”, recalca.