310 palabras
*Río de Janeiro (23 de agosto).-
Con un carnaval en el Olimpo, Brasil se despidió de los Juegos Olímpicos y regresó ayer a su dura realidad: muchas cuentas por pagar en medio de una atroz recesión y con su presidenta, Dilma Rousseff, a punto de ser destituida.
La mayoría de los brasileños han quedado orgullosos de la imagen que el país mostró al mundo, pero también creen que las Olimpiadas hicieron más daño que bien, señaló un sondeo del instituto Ibope difundido el domingo.
Un 62% de los encuestados dijo que los Juegos fueron más negativos que positivos, mientras 57% consideró que mejoraron la imagen de Brasil a nivel internacional, mostró la encuesta publicada en el diario “O Estado de Sao Paulo”.
Recuerdos para la historia
Río 2016 deja varios recuerdos para la historia, como el tercer triplete del jamaiquino Usain Bolt.
O como el nadador estadounidense Michael Phelps, que conquistó seis nuevas medallas (cinco doradas) para colgarse al cuello un total apabullante de 28 podios en su carrera.
Aunque no faltaron polémicas ni escándalos. El presidente del Comité Olímpico Irlandés y de los Comités Olímpicos Europeos, Patrick Hickley, fue encarcelado en una prisión de máxima seguridad de Río tras ser acusado de liderar una red de reventa ilegal de boletos.
Y el nadador estadounidense Ryan Lochte se vio obligado a pedir disculpas tras mentir que fue asaltado.
Apenas caído el telón de los Juegos, los brasileños se preparan para enfrentar días dramáticos con el inicio el próximo jueves del juicio de destitución de la suspendida presidenta Dilma Rousseff.