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México (20 de septiembre).-
“El clóset de cristal” es una crónica no autorizada pero perfectamente documentada en donde se da a conocer abiertamente la homosexualidad de Carlos Monsiváis, así como sus noviazgos, amistades, aventuras y desventuras en las calles, bares y baños de México (desde 1960 hasta su muerte).
Al respecto, el periodista y escritor, Braulio Peralta, comenta en entrevista con Ciro Gómez Leyva, que Carlos Monsiváis, a quien conoció en 1971, tiene una historia muy larga en el movimiento homosexual.
Recuerda que Monsiváis comenzó este activismo junto con Nancy Cárdenas, Jacobo Hernández, Luis Prieto y algunos personajes de la vida pública como el propio Sergio Pitol, personalidades de teatro, como Tina Galindo, “son gente que hacía el movimiento en México y que había un gran trabajo entre homosexuales y lesbianas para poder salir adelante”.
Abunda el autor de “El clóset de cristal” que todo esto se rompe por un enorme pleito entre lesbianas y homosexuales “la vida de Carlos, aunque yo no estoy contando el Kama Sutra de Carlos Monsiváis, no es un libro de morbo sobre la intimidad de un personaje, es la necesidad de contar la historia del movimiento homosexual, donde es imposible no hablar de la homosexualidad de Carlos Monsiváis”.
Señala Peralta que en su libro cuenta la historia de un personaje que en la obscuridad hizo una labor política sobre una clase social marginada orillada al ghetto, aventada a las sombras de los años 70 con el entonces regente del Distrito Federal Ernesto P. Uruchurtu; “es contar la historia de Carlos como si hoy estuviéramos viviendo los tiempos del 2016.
“Donde por ejemplo Juan Gabriel ya pasó el martirio de las secciones de espectáculos de los años 70 y 80 donde era criticado por tanta homofobia en aquella época y creo que hoy es posible hablar de otra época, de un mundo más civilizado, donde la diversidad sexual incluye a la heterosexualidad, no la excluye”.
“El clóset de cristal” no es una biografía, sino la crónica de un aspecto poco conocido del autor de “Días de guardar”, su presencia en el movimiento homosexual mexicano y su lucha por las libertades individuales y el reconocimiento a la diversidad sexual.
Braulio Peralta cuenta su relación personal con el Carlos Monsiváis de carne y hueso, lejos de la fama, la intelectualidad y el mundo cultural; más cerca de los grupos homosexuales que lucharon por sus derechos humanos que del glamour de la literatura.
Pese a que Monsiváis nunca se quiso pronunciar abiertamente como una persona homosexual, Braulio Peralta comenta que Carlos vivía tranquilo y disfrutaba de la vida en este clóset de cristal “pero más que nada le afligía y le dolía una sociedad mocha, una sociedad clasista y una sociedad sexista, porque Monsiváis decía que no iba a ser el intelectual mexicano que puede hablar de todos los temas, porque con la homofobia lo iban a clasificar como maricón, punto”.
En ese sentido, añadió que los heterosexuales pueden contar sus historias privadas en novela, en ficción o en crónica y nadie se asusta; “los homosexuales no tenemos derecho a contar nuestra vida privada, porque todo mundo se asusta, se pasma o todo mundo se queda con ese sabor imposible, no hay una forma de hacer el amor y no hay una forma de hacer el sexo, eso está comprobado en la historia de la humanidad”.