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Cancún, Quintana Roo, México, marzo 31 de 2017
Como un secreto a voces, la presencia del crimen organizado en la ciudad de Cancún no pasa desapercibida para una población que en los últimos meses ha visto un nuevo embate del crimen organizado a través de ejecuciones, cierre de comercios por extorsiones e incendios de locales, así como por la aparición de mantas.
De acuerdo con datos del gobierno del estado y del Banco de México, más de 50 personas han sido asesinadas, calcinadas o descuartizadas por organizaciones criminales en los tres primeros meses.
En este paraíso del Caribe mexicano, que en 2016 recibió a más de seis millones de turistas y generó seis mil 500 millones de dólares, la batalla inició en la década de los 90, con el ingreso del cártel de Juárez, el cual fue desplazado años después por el de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo.
Sin embargo, entre los años 2008 y 2009, el cártel del Golfo incursionó en la entidad a través de Los Zetas y una alianza con Los Beltrán Leyva, quienes enviaron a un grupo de sicarios conocidos como Los Pelones.
El embate del grupo fue visible a través del homicidio del teniente de infantería Enrique Tello Quiñónez y un civil identificado como familiar del entonces alcalde Gregorio Sánchez Martínez, en 2009.
El estado fue tomado por el cártel, pero una ruptura al interior de la organización inició una nueva disputa, y con ello el surgimiento de otro grupo: Los Talibanes, bajo el mando de Iván Velázquez, Caballero Z-50, quien se separó del cártel de Los Zetas.
La aparente tranquilidad en la entidad duró poco, ya que las decisiones fueron aprovechadas de nuevo por el cártel de Sinaloa, a través de Leticia Rodríguez, Doña Lety, exintegrante de la extinta Policía Judicial Federal, quien después de formar alianzas se separó de El Chapo, para conformar una nueva organización; actualmente ésta controla el mercado de drogas, trata, prostitución y lavado de dinero en Cancún.
El gobierno federal tienen identificado que Leticia Rodríguez controla la zona hotelera y los centros nocturnos ubicados en los alrededores de Plaza Solares a través de pactos con mandos de seguridad municipal, estatal y taxistas.
También, se han detectado a “tiradores” de droga, en hoteles y bares exclusivos, así como en el “Callejón de los Milagros”, donde los distribuidores se hacen pasar por guías de turistas, vendedores de suvenires, meseros o indigentes.