354 palabras
Ciudad de México, México, abril 14 de 2017
El miedo es una respuesta fisiológica y conducta necesaria para la supervivencia, que nos ayuda a defendernos ante una amenaza. Esta emoción es generada en una parte del cerebro llamada amígdala (estructura en forma de almendra en el fondo del lóbulo temporal) pero, ¿por qué algunas situaciones nos dan más temor y hay otras que podemos enfrentar?
Se ha encontrado que enfrentar el miedo al inhibirlo requiere de la actividad de la corteza prefrontal. Así, en situaciones de seguridad, la corteza inhibe a la amígdala.
Para obtener más conocimiento al respecto, el doctor Francisco Sotres Bayón, investigador del Instituto de Fisiología Celular, estudia cómo, cuándo y dónde el cerebro procesa el balance entres memorias de miedo (peligro) y memorias de recompensas (seguridad) para ejecutar la conducta apropiada en la situación propicia.
Para sobrevivir, indicó el entrevistado, los individuos necesitamos controlar el balance entre el miedo exagerado y la ausencia de miedo. Mucho miedo puede ser la causa de trastornos mentales como la ansiedad generalizada y el estrés postraumático, mientras nada de miedo pone en riesgo la supervivencia del individuo.
Para llevar a cabo su investigación, Sotres Bayón trabaja con ratas como su modelo de estudio. Así, coloca a un ejemplar en un pequeño laberinto y en dos extremos comida, donde la rata debe vencer el miedo a una parrilla levemente peligrosa que se encuentra en su camino y obtener su premio.
La idea es que la rata venza el temor y así estudiar qué pasa en el cerebro, qué logra suprimir esta emoción y cómo se logra un balance entre el temor y la seguridad, concluyó.