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Ciudad de México, México, abril 14 de 2017
En México, donde 82.7% de la población se declara católica, de acuerdo con el último censo de población (Inegi, 2010), la Semana Santa está asociada a los ritos católicos, pero la muerte y resurrección de Jesús también tiene el más alto significado para cristianos evangélicos, ortodoxos, Testigos de Jehová e incluso musulmanes.
En las diferentes creencias y religiones, Jesús de Nazaret, cuyo sacrificio y crucifixión se conmemora este viernes, puede ser el Hijo de Dios, el Mesías, un profeta, sólo un predicador o una persona.
Católicos, ortodoxos y cristianos evangélicos consideran a Jesús no sólo el Hijo de Dios, sino Dios mismo, y comparten esta creencia a partir de un dogma común: la Santísima Trinidad, es decir, Dios en tres manifestaciones: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Fue en el año 325, en el Concilio de Nicea, cuando aún las iglesias ortodoxas y católicas no se habían separado y siglos antes de la reforma luterana que dio paso a las iglesias cristianas-evangélicas, que la Iglesia primitiva estableció que “hay un solo Dios, siendo el Padre Dios, el Hijo Dios, y el Espíritu Santo Dios”.
Desde aquellos tiempos, en el siglo IV, en Jerusalén, se tiene registro de las primeras celebraciones litúrgicas de la Pasión del Señor, que eran jornadas dedicadas a la oración itinerante, la flagelación y la oración frente al madero de la cruz.
Durante las estaciones del viacrucis se leían las profecías y evangelios de la Pasión, mientras en Roma los testimonios más antiguos de una liturgia de Viernes Santo proceden del siglo VII.
Pero ¿cómo se estableció en qué momento del año celebrar la Semana Santa? En el año 525, el monje y erudito matemático Dionisio el Exiguo propuso unificar el cálculo de la Pascua Cristiana, lo cual fue aceptado por la Iglesia de Roma.
De esta manera se determinó que la Pascua ha de caer en domingo, que deberá ser el siguiente al plenilunio pascual o de primavera. Si esta fecha cayese en domingo, la Pascua se trasladará al domingo siguiente para evitar la coincidencia con la Pascua Judía.
Así, para calcular la Semana Santa de cada año, el calendario litúrgico de la Iglesia católica utiliza el calendario lunar de origen judío, y por eso a veces esta conmemoración cae en marzo o abril.
El Domingo de Pascua o de Resurrección de Jesús deberá ser el domingo siguiente a la primera luna llena (plenilunio) de primavera, pero no puede caer antes del 22 de marzo ni después del 25 de abril.
El pasado martes 11 de abril fue el plenilunio, por tanto el próximo 16 de abril será el Domingo de Pascua. Una vez establecido este cálculo se contarán 40 días hacia atrás para marcar el Miércoles de Ceniza y a partir de ahí determinar la Cuaresma y la Semana Santa.
Ese mismo calendario lo utilizan las iglesias reformadas de la doctrina católica, es decir, los cristianos evangélicos de rito pentecostés. Entonces, católicos y cristianos conmemoran hoy el Viernes Santo como día de la Crucifixión y el próximo domingo la Pascua Cristiana, base de todas sus creencias y de la salvación eterna.
Igualmente, la fiesta de la Pascua de la Iglesia Ortodoxa este año se celebrará el domingo16 de abril. En esta fecha casi la totalidad de quienes se denominan cristianos celebrarán así la resurrección y el final de la Cuaresma.
La noche anterior al Domingo de Pascua, es decir, mañana sábado, católicos y ortodoxos en sus respectivas iglesias y catedrales acudirán a la Vigilia Pascual, para celebrar la resurrección de Cristo; estarán adentro de los templos encendiendo velas, para esperar la máxima celebración de la cristiandad.
En este paralelismo, mañana en la noche del Sábado Santo, en la Ciudad de México, mientras los católicos se congregarán en la Catedral Metropolitana para esperar la Vigilia Pascual, los cristianos evangélicos se reunirán a tan sólo unos cuantos metros, en el Zócalo, a fin de celebrar con cánticos e himnos cristianos la resurrección.
Para iglesias refundacionales, como los Testigos de Jehová, el cálculo para determinar el sacrificio de Jesús se basa en el antiguo calendario judío, cuyo día 14 del mes nisán, que fue el pasado martes 11 de abril y marcó, después de la puesta del sol, la Conmemoración de la Muerte de Jesús.
No obstante, los Testigos de Jehová, en la traducción de la Biblia que ellos utilizan, la del Nuevo Mundo, establecen que Cristo no fue crucificado, sino colgado en un madero, y contrario a las demás denominaciones cristianas, los Testigos no reconocen a la cruz como el símbolo del cristianismo.
Así, en su web https://www.jw.org/es señalan que la Biblia usa el término griego xýlon como sinónimo de staurós, para referirse al madero (Hechos 5:30; 1 Pedro 2:24). Esta palabra significa “madera”, “leño”, “estaca”, “palo” o “árbol”, por tanto esta denominación religiosa enfatiza que Cristo no murió en una cruz.
Si bien los Testigos reconocen la Resurrección, la fecha significativa en su culto es la muerte de Jesús, que representa el máximo sacrificio del Hijo de Dios para limpiar los pecados del mundo. El Mesías tenía que sufrir y morir para expiar, o quitar, los pecados del ser humano (Isaías 53:5; Daniel 9:24,26).
Asimismo, a diferencia de católicos, ortodoxos y cristianos evangélicos, los Testigos de Jehová no reconocen a Jesús como Dios, pero sí como el Hijo de Dios, “persona que reina el Reino de Dios”. De la misma forma no aceptan el dogma de la Santísima Trinidad, rasgo común de las demás denominaciones cristianas.
En contraparte, los musulmanes, de acuerdo con el Corán, llaman a Jesús Isa Ibn Maryam (Jesús Hijo de María); lo consideran un gran profeta, pero a diferencia de las doctrinas cristinas, Cristo no fue crucificado, sino que antes de llegar a la Cruz fue sustraído por Dios al cielo.
“Cuando Alá dijo: Jesús. Voy a llamarte a Mí, voy a elevarte a Mí, voy a librarte de los que no creen y poner, hasta el día de la resurrección, a los que te siguen por encima de los que no creen. Luego, volveréis a Mí y decidiré entre vosotros sobre aquello en que discrepabais” (El Corán, Sura 3:55).
Al igual que en los Evangelios y en el libro del Apocalipsis, en el Corán se establece que Jesús regresará para el Juicio Final.
La gran mayoría de las doctrinas del cristianismo, particularmente la Iglesia católica, mantienen vivos los ritos que distinguen a la Semana Santa: Domingo de Ramos o entrada mesiánica de Jesús a Jerusalén, Jueves Santo, Viernes Santo, Sábado de Vigilia Pascual y Domingo de Pascual o Resurrección.
El Jueves Santo es especialmente relevante para la doctrina católica, pues marca el establecimiento de la Eucaristía y del Sacerdocio, tomando como referencia el mensaje de Jesús durante la Última Cena.
“Y tomando el pan, después de haber dado gracias, lo partió y les dio diciendo: esto es Mi cuerpo que por ustedes es dado; hagan esto en conmemoración mía” (Lucas 22:19).
El Viernes Santo se recuerda el viacrucis, el camino que Jesús tuvo que recorrer llevando sobre sus hombros el madero en el cual iba a ser crucificado. Se recuerda, con base en el Evangelio de San Juan, la muerte en la cruz y su sepultura. Constituye el núcleo central de la Semana Santa.
Finalmente, el próximo domingo las Iglesias católica y ortodoxa y la inmensa mayoría de las confesiones cristianas celebrarán la Resurrección de Cristo, fiesta central de su doctrina, que volverán a celebrar el próximo año, aunque en fechas distintas.