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"No caeremos en provocaciones", siempre dicen los priistas. Y tienen razón, no caen en ellas por el simple hecho de que ellos son los que las generan.
La detención de seis repartidores —entre ellos 2 menores de edad— de Artículo 7 en Tizimín por la policía de aquel municipio y elementos de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, es sólo una muestra más de ello. Y es que violentando flagrantemente el orden constitucional, los "guardianes del orden" detuvieron sin justificación, como se está haciendo usual en este Yucatán de la barbarie, a gente cuyo único delito era realizar honestamente su trabajo.
No hay que olvidar que este no es un epidosodio aislado. Cuando los priistas no disponen de la fuerza pública —como en el caso de Sotuta— lo hacen a través de sus grupos de choque, cuyos delitos, también flagrantes, la Procuraduría estatal irremediablemente deja impunes. Cuando disponen de las policías, la situación es mucho peor. Casos como el del ex alcalde de Dzemul, Eduardo Chuc Baas; el de los ex policías de la SPV que sin saber lo que el futuro les deparaba, declinaron colaborar con el comandante Saidén y en cambio lo hicieron con Javier Medina; y los de múltiples personajes del PAN y hasta de un sobrino de una jueza, que han sido detenidos injusta, dilatada y groseramente en los retenes que tienen sitiada a nuestra otrora segura ciudad; son sólo los más visibles y publicitados de un sinfín de atropellos cometidos por quienes, irónicamente, debieran garantizar seguridad a los ciudadanos.
No, ésto no es cosa menor. No es solamente el pleito de un medio de comunicación frente a un gobierno que busca impedir su circulación. Es la lucha contra regímenes represores que, a como dé lugar, buscan coartar las más sagradas libertades ciudadanas . Esta lucha, que es histórica, costó la sangre de un sinfín de hombres de bien que entregaron su vida por hacer de nuestro País un lugar donde expresarse libremente no fuera motivo de persecución u hostigamiento. Y en este sentido esta lucha no está acabada ni debiera ser de unos cuantos, sino que, por el contrario, de todos y permanente.
Sin embargo, ésto no parecen entenderlo los demás medios. Artículo 7 no ha recibido ni una sola muestra de solidaridad de alguno de ellos. Numerosos han sido, eso sí, los ciudadanos libres que le han manifestado su apoyo.
Esta situación la entendemos como la confirmación de todas las irregulares componendas que desde el poder hoy reciben los medios locales y que, tantas veces y con sobrada evidencia, ha reportado nuestro semanario. Es también el acicate para todos los que hacemos posible este proyecto, para seguir haciéndote llegar, estimado y solidario lector, nuestra expresión libre con responsabilidad. ¡La verdad nos hará libres!