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Jamás pudo una ley proteger en forma más integral y completa la labor del semanario Artículo 7 que la letra textual del artículo constitucional del cual emana nuestro nombre:
Las leyes orgánicas dictarán cuantas disposiciones sean necesarias para evitar so pretexto de la denuncias por delito de prensa, sean encarcelados los expendedores, "papeleros"...
¡Gracias ley fundamental, por ser tan exacta a los lineamientos del Semanario Artículo 7! Esperemos que los legisladores que ahora van a llegar al congreso no procedan de inmediato a modificar este artículo de la Magna Ley Mexicana, ahora que obviamente están descubriendo que no les favorece. Así lo han hecho en cada caso y si el pueblo continúa dándoles poder, así lo seguirán haciendo hasta provocar una nueva guerra civil, con muchos muertos —muchos más de los 12,500 del combate a la delincuencia organizada que repiten todos los días para destruir la imagen del presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Hoy la ley fundamental de México fue violada, masacrada, pisoteada, por la gendarmería a cargo del alcalde de Tizimín, Jose Peniche Bates.
El acto perpetrado fue tan asqueroso al sentir de los ciudadanos de esa villa del oriente de Yucatán, que salieron a la calle y están allá, reunidos en grandes números, protestando en contra de verdaderos delincuentes públicos.
El arresto —la privación de la libertad— y el secuestro de los impresos de Artículo 7 contraviene, viola, destruye, masacra y violenta el orden constitucional de la nación mexicana.
En las páginas de papel y electrónicas de Artículo 7 hemos repetido hasta el cansancio que este régimen de gobierno estatal está violando en forma ya violenta y descarada cuanta ley existe en el país. Las garantías individuales y la libertad de movimiento han quedado mancilladas por la gendarmería con armas de grueso poder y calibre ahora en poder de personas bajo el mando de políticos que se convierten en verdaderos criminales una vez que tienen el poder en sus manos.
¿Qué van a hacer ahora?
¡Van a inventar delitos!
Artículo 7 declara hoy que si los yucatecos no se han dado cuenta, ya es hora de que despierten. El poder le fue entregado a un grupo que peca además de falta de imaginación e inteligencia para violentar la ley, porque la ha roto en forma descarada.
Tenemos el más reciente ejemplo en Eduardo Chuc Baas, que ahora se une al arresto de voceadores que incluían en su repartición ejemplares de Artículo 7.
Y estos delincuentes de grueso calibre son defendidos por un diario que lucra de extraer —¿bajo extorsión?, ahora no lo creemos— moneda del erario estatal para pago de facturas que escuetamente amparan "cobertura de eventos". Redactar y cubrir notas es algo que sabemos hacer muy bien en Artículo 7: ¿por qué no se nos paga a nosotros esa cantidad? ¡Ah, se les escogió a ellos! ¿Sin concurso para pagar $23 millones?
Todo, yucatecos, está chueco, está mal, está torcido.
Y el día 5 de julio... ¡el día 5 de julio! ¿Se dan cuenta de a dónde hemos llegado?
La única entidad que ha violado alguna ley el día 2 de julio de 2009 en Yucatán, es la policía de Tizimín y todos los que fueron cómplices en el arresto violatorio de cualquier garantía individual de voceadores expresamente protegidos por el Artículo 7 Constitucional.