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Mérida, Yucatán, 31 de mayo de 2015.- Debido a que el Yaaxché o Ceiba es para los mayas la representación del universo y la existencia misma dentro de su cosmovisión, habitantes del Municipio de Sotuta en el Estado de Yucatán, mostraron su respeto hacia este árbol sagrado al inaugurar un parque frente a una Ceiba que cumplió cien años de edad, con lo que se resalta la importancia de dignificar lo que aún hoy es un símbolo de convivencia entre la naturaleza y los seres humanos.
Con una ceremonia de bendición hacia este sagrado Yaxché en la que participaron decenas de habitantes de Sotuta, el sacerdote y maestro de enseñanza tradicional Maya, j´kíin, Tiburcio Can May, acompañado por la alcaldesa de Sotuta, Geny Otilia Blanco Gómez, refirió que desde la antigüedad la ceiba ha sido el lugar en donde los abuelos se sientan a platicar con las personas, y ahí en donde se genera el diálogo, la enseñanza, la convivencia, el respeto y la tolerancia: “por eso para nosotros los mayas es tan importante”, dijo.
El nuevo parque que se construyó para resaltar a este árbol sagrado fue bautizado por la propia alcaldesa como ‘parque de los enamorados’, luego de preguntarles acerca de cuál sería el nombre más apropiado para este sitio en donde se fomentan las relaciones personales, por lo que todos coincidieron en que dicha frase es apropiada debido a que al estar cerca de una ceiba tan antigua como esta: “cualquiera se puede enamorar de la naturaleza”, señaló la Alcaldesa.
Al evento acudieron también representantes y maestros de las Misiones Culturales de la Secretaría de Educación, para participar con diversas presentaciones tradicionales artísticas que forman parte de los talleres que ellos brindan con la finalidad de generar aprendizaje en las diferentes comunidades, según explicó la maestra de Educación Básica para Adultos, Evangelina Medina Padilla.
El parque está ubicado en la Colonia Santa Petronila de Sotuta, frente a la escuela U Najil Xook Mejen Papalo’ob “Zazil-Beh”, en donde los niños podrán apreciar este Yaaxché (ceiba), que de acuerdo con la cosmovisión Maya, es el que conecta los tres planos de la existencia con sus raíces que se hunden hasta alcanzar los 9 niveles del inframundo, su tronco que se establece en el mundo terrenal y sus ramas altas a través de las cuales se abren los 13 cielos en donde coexisten las antiguas deidades mayas.