831 palabras
México (28 de junio).- Los diputados locales que encabezan la lista de faltistas a las sesiones del Congreso de Guerrero son Ángel Aguirre Herrera del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Rubén Figueroa Smutny del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ambos hijos de exgobernadores y presidentes de comisiones importantes en el Poder Legislativo.
A la lista también se le suman la priista, diputada plurinominal, Alicia Zamora Villalva, quien fue de las coordinadoras de la campaña del candidato del PRI-PVEM Héctor Astudillo al Gobierno del Estado, y el perredista Ricardo Ángel Barrientos Ríos, quien ganó la elección de diputado federal por el Distrito 3 de Zihuatanejo. Ambos ya regresaron al Congreso.
Ninguno de los dos exgobernadores de Guerrero terminaron su periodo. Aguirre debió renunciar tras la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa, mientras que Figueroa dejó el poder por su culpabilidad en la matanza de Aguas Blancas.
Pero ambos, Aguirre y Figueroa, siguen operando políticamente en la entidad: uno en el PRD y el otro en el PRI.
Las faltas de sus hijos a las sesiones –de las que la Mesa Directiva no precisó el total de las mismas– no los ha excluido de percibir sus dietas y gastos de representación que sumados van desde 250 mil a los 300 mil pesos mensuales.
Las sesiones del Pleno del Congreso local son dos a la semana, martes y jueves en periodo ordinario y en los periodos de receso son sólo los miércoles.
En los artículos 173 y 174 de la Ley Orgánica del Poder Legislativo se establecen las responsabilidades de los diputados, entre las que se apuntan “asistir a todas las sesiones que celebre el Pleno, la Comisión Permanente y a las reuniones de trabajo de las comisiones o comités. Se reputará como falta a una sesión del Pleno o de la Comisión Permanente, cuando el diputado se presente a ellas después de que se haya aprobado el orden del día”.
En el caso de Aguirre Herrera y Figueroa Smutny, ese proceso de ausencias se ha dado –el primero hasta tres meses– pero lo han justificado con diversos argumentos.
REZAGO LEGISLATIVO, LA CONSECUENCIA
En la Ley orgánica, se precisa que se justificará la ausencia de un diputado, cuando previamente a la sesión a la que falte, haya avisado y “expuesto el motivo” de su inasistencia al presidente del Congreso o de la Comisión Permanente, en su caso, y éste último la haya calificado de justificada.
Pero en ninguno de los casos se establece que se descontará por la inasistencia ni en caso de ser recurrente, además de que en las sesiones sólo se informa de quienes solicitaron permiso para faltar, pero no se menciona la causa de su inasistencia.
En el caso del hijo del exgobernador Ángel Aguirre Rivero, Aguirre Herrera, sus faltas a las sesiones fueron recurrentes desde el inicio de la Legislatura, y sólo acudía al Congreso cuando tenía que fundamentar algún dictamen de la Comisión de Asuntos Políticos y Gobernación que preside, o cuando la fracción del PRD tenía que votar algo importante.
En su comisión recaen asuntos como las licencias de integrantes de cabildos, diputados, gobernador, reincorporaciones, solicitudes de creación de nuevos municipios y juicios de revocación de mandato.
A pesar de que también es una de las comisiones con más asuntos pendientes, han desahogado la mayoría de los que requieren premura, pero siguen decenas en rezago.
En la pasada legislatura, los diputados aprobaron un punto de acuerdo para descontar a los diputados faltantes, pero como eso no está estipulado en la ley orgánica del Poder Legislativo, no se aplica sólo que el presidente de la Mesa Directiva lo solicite, pero eso no ha ocurrido.
La dieta mensual de los diputados es de 50 mil pesos, pero a eso se le suman 200 mil pesos de “gastos de representación” que son los recursos que se etiqueta para cada diputado, además de lo que “logren gestionar” para los habitantes de sus distritos.
Los 250 mil pesos que reciben los diputados varían.
Los diputados faltistas siguen recibiendo sus salarios, a pesar de que en los casos de Aguirre Herrera y Figueroa Smutny las faltas son reiteradas y en el primer caso han pasado más de tres meses en que no asiste a ninguna sesión, a pesar de que la ley orgánica lo establece como una obligación.- (Agencias)