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México (14 de noviembre).-
En el comercio internacional, son siete las personas con el poder de resolver controversias a nivel internacional y uno de ellos es mexicano: Ricardo Ramírez.
Como juez del órgano de Apelación de la Organización Mundial de Comercio (OMC) su tarea consiste en determinar si las querellas que presentan países ante esa instancia son procedentes o no.
“Este es un trabajo muy discreto, en el sentido que poca gente sabe lo que hacemos, pero es una de las tareas más relevantes en el comercio exterior por el peso que tienen las resoluciones que emitimos”, explicó en entrevista.
Abogado de formación, egresado de la UNAM, y con una maestría en derecho internacional en Estados Unidos, ha supervisado 30 casos de disputas.
Entre los que están el caso del etiquetado de origen entre México y Estados Unidos (COOL, por sus siglas en inglés), el de Boeing contra Airbus o el de materias primas que inició Estados Unidos contra China.
Adicionalmente, también le toca estar en deliberaciones, lo cual significa que le toca escuchar el desahogo del caso si bien no le toca presentar decisiones, como fue en el caso del atún- delfín entre México y Estados Unidos.
“La nacionalidad no me excluye, que es de los pocos tribunales internacionales en donde ocurre esto, sólo pasa si yo hubiera estado involucrado directamente en el Gobierno cuando se presentó la queja.
“Cuando fue el caso del etiquetado, a mi me tocó decidir porque cuando ocurrió eso tenía ya tiempo que no laboraba en Gobierno y habría estado excluido para evitar conflictos de interés”, explicó.
En esta organización hay varios niveles para resolver una controversia. En el primero, solamente es una reunión de conciliación para ver si se puede arbitrar amigablemente sobre una querella.
En el segundo, si lo anterior no procede, se forma un panel de solución de controversias cuya resolución no es vinculante pero las partes suelen aceptarla como tal.
En el último de los casos, si una de las partes no está de acuerdo con la anterior resolución, se lleva al Órgano de Apelación y el sentido que éste emita sí es compulsorio y en caso de que no se obedezca se puede proceder a sanciones.
“Este es un sistema de solución de controversias que tiene 164 países que confían en él, de los 500 casos que se han presentado en general, sólo 20 llegan al extremo de imponer castigo y todos los demás se resuelven: eso habla de la efectividad del sistema jurídico”, puntualizó Ramírez.
Los jueces de este órgano sirven por periodos de 8 años, El turno del juez mexicano está a punto de terminar.