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Mientras en varios países el inicio del ramadán, mes santo para los mahometanos, transcurrió en calma, en Siria tuvo un arranque con choques entre el Ejército y los manifestantes antigobierno.
Hombres esperan la hora de la oración en la mezquita Istiqlal, en Yakarta, capital de Indonesia.
Las fuerzas de seguridad sirias dispararon ayer obuses por segundo día consecutivo contra la ciudad de Hama, a fin de aplastar las protestas que exigen la renuncia del presidente Bashar Asad.
Menos de 24 horas después de los ataques del gobierno, que dejaron más de cien muertos, soldados y tanques renovaron sus acciones para someter a Hama, epicentro de la revuelta contra el régimen. Se desconoce si estos ataques dejaron víctimas mortales.
En tanto, el presidente sirio felicitó al ejército por su accionar, un día después de la muerte de 139 personas y la Unión Europea anunció una ampliación de sus sanciones a Siria por la represión contra manifestantes que piden cambios democráticos.
Los musulmanes acuden en grandes números a las mezquitas durante el ramadán, a fin de efectuar oraciones nocturnas al término del ayuno diario, que se extiende del amanecer al atardecer.
Las reuniones podrían devenir en protestas intensas.
En Egipto, el Ejército y la Policía antidisturbios penetraron ayer a la plaza Tahrir de El Cairo para desmontar las últimas tiendas de los manifestantes pro democracia.
Imágenes de la televisión mostraron al ejército y a las fuerzas de seguridad avanzando hacia la plaza y retirando tiendas instaladas allí desde enero y febrero.
El domingo, 26 partidos y movimientos anunciaron la suspensión durante el ramadán de la "sentada" que habían empezado hace tres semanas para reclamar la aceleración de las reformas democráticas y los procedimientos contra los responsables del régimen del derrocado Hosni Mubarak.