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En el artículo anterior comenté cómo la prioridad número uno hoy en las empresas, ante el entorno de crisis que se está viviendo el país, es mantener o mejorar la liquidez. De no hacerlo podemos poner en riesgo la sobrevivencia de la entidad. Ejemplos de éstos están a la orden del día, tanto en nuestro país como alrededor del mundo.
Pero entendamos por qué es tan importante la liquidez, especialmente en momentos como los actuales: cualquier negocio, independientemente de su giro, tamaño, o ubicación geográfica, requiere de muchos insumos para poder operar, desde personal hasta equipos y servicios.
Los insumos específicos que requiere cada empresa lo determinan sus características específicas, primordialmente el giro, pero también influye su tamaño y ubicación. Sin embargo, hay un insumo que todas las empresas del mundo requieren independientemente de sus características y sin el cual no puede operar: el dinero.
El recurso financiero, insumo que aún en condiciones económicas favorables, siempre es el principal cuello de botella para el crecimiento de las empresas. Y esto es así especialmente en las mipymes —micro, pequeñas y medianas empresas— de nuestro país.
Una de las principales razones de la dificultad para obtenerlo es que la necesidad de ese insumo es mucho mayor que la disponibilidad del mismo. Esto genera la dependencia que tenemos de recursos del exterior para financiar nuestras necesidades. Siempre queda un amplio margen de necesidades sin satisfacer.
Pensemos lo que puede pasar en nuestro país ahora que nuestro principal proveedor financiero (USA) tiene un problema de liquidez severo en todas las aéreas económicas. La solución no se ve a corto plazo. En las mismas condiciones o hasta peores están los países más industrializados de Europa —el segundo proveedor financiero para nuestro país.
El estar conscientes de esto nos obliga a replantearnos las prioridades de nuestra empresa. Cuidar la liquidez de la empresa tiene que ser nuestra prioridad número uno.
Mejorar la liquidez se logra a través de 2 mecanismos: 1) contando con proveedores confiables, que nos permitan tener acceso a recursos financieros en tiempo y forma de acuerdo a nuestras necesidades, y 2) muy importante, reduciendo las necesidades de recursos financieros a través del trabajo más justo a tiempo posible.
Ambas recomendaciones son acciones postuladas en el Modelo Chatré y hoy toman una vigencia fundamental para la sana sobrevivencia de las empresas.
El lector se preguntará qué debe hacer en concreto: lo primero, estar consciente de que la liquidez de la empresa es la prioridad número uno y que enfocar la estrategia operativa hacia ese objetivo.
Posteriormente debo analizar con toda severidad cuáles son mis necesidades reales financieras y quiénes podrían ser los principales proveedores para satisfacerlas. En la crisis de 1995, los proveedores financieros de ese momento fueron los bancos a través de los créditos que no se pagaron durante varios años. Seguidamente lo fueron los proveedores de bienes y servicios.
Hoy las circunstancias han cambiado dramáticamente, porque el nivel de endeudamiento de las empresas en comparación con 1995, es mucho menor. Por ello este recurso financiero hoy no es una opción.
Por otro lado la posibilidad de financiarse con proveedores como se hizo en 1995, tampoco es una opción viable. A diferencia de 1995, hoy la gran empresa nacional está teniendo problemas de liquidez serios y en esa época fue un apoyo real para las pymes.
La única opción viable y efectiva que tenemos disponible es establecer relaciones con instituciones financieras nacionales, que nos permitan contar con líneas de crédito disponibles en volumen y forma aceptables para cada empresa.
Este proceso no es sencillo y cada vez requiere de una mayor especialización para lograr las mejores condiciones. Sin embargo, es algo impostergable.
Hay muchas empresas que confunden el "establecer líneas de crédito" con "tomar un crédito" y hay una gran diferencia. Tener líneas de crédito es tomar un seguro contra la "economía del ahorcado". Esto es, tener la liquidez cuando la necesitemos en vez de actuar como "el ahorcado".
Esta recomendación debe hacerse independientemente de que la empresa sienta que no requiere crédito en este momento. No hay peor momento para gestionar relaciones con alguna institución financiera que cuando ya se tiene alguna necesidad especifica.
Le recordamos que tenemos una presentación en powerpoint sobre los posibles orígenes de las crisis económicas y cómo podemos, a través del Modelo Chatré prepararnos para que los efectos sean menos dañinos que si no actuásemos con celeridad y con una buena estrategia de operación. La forma de recibir esta presentación altamente recomendada es mandando un email a la dirección de Articulo 7 solicitando dicha presentación y en menos de 24 horas la recibirá en su correo electrónico. Manuel Mier y Teran Fortuny.