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7 vistazos con binoculares
1. Los mareados rojos. Yucatán amaneció el 6 de julio totalmente rojo. Si el “Equipo de la Nueva Mayoría” actuaba ya sin freno, sin control alguno ante los abusos y el descarado “agandalle” que se ve desde hace dos años en las diversas secretarías y dependencias del gobierno del estado, lo que se avizora viene más grueso. Más espeso. El PAN quedó arrinconado. Pero lo más grave y lastimero es ver una sociedad civil y sus organizaciones con la cabeza inclinada desde hace mucho. Y con la mayoría de los comunicadores entregados al festín escarlata, el regreso del abuso del poder político es lo que viene, ya que la prensa tampoco asume en Yucatán su papel crítico frente al poder. ¿Continuará la política del garrote para reprimir a los que piensan diferente? Yo apostaría que así será. No hay contrapesos a la borrachera y al mareo del poder esoberbecido. Algunos ya dicen como el chapulín, también colorado: “¿Y ahora, quien podrá defenderme?”
2. El cultivo. Que en un conocido restaurante, en compañía de algunos buenos amigos de su generación, animado por el triunfo aplastante de la ola roja, el jacarandoso Humberto “Chunco” Espinosa, anunció de nuevo su conocido interés por ser ungido candidato del PRI para la alcaldía de Mérida. El líder local de la CANACOME acaricia la mano de “doña Blanca” (la Blanca Mérida). ¿Será que lo dejen solito con su prometida los ardientes corazones rojos de Rolando Zapata Bello, o el no menos arrobado y palpitante de Angélica Araujo? Entre los estimulantes digestivos y la compañía de algunos amigos “cultivadores”, los deseos de don Humberto vuelan alto. ¿Se disipará su enamoramiento?
3. Quien lo dijo, sabe lo que dice. Un destacado especialista, el Dr. Miguel Gamboa Gamboa ha puesto los puntos sobre las “íes” en el asunto de la influenza en Yucatán. El infectólogo y pediatra, conocedor de lo que habla, con serenidad y sin partidismo alguno, declaró lo que todo mundo intuye: en nuestro estado, el gobierno y su secretaría de salud actuaron con negligencia desde el inicio de la epidemia, ocultaron casos, relajaron las medidas de prevención, engañaron a la población y la desprotegieron. El precio se está pagando: 6 muertes admitidas tardíamente, cientos de ingresados a los hospitales, y una constante negación de lo que muchos veíamos. El problema sigue incontenible e incontenido. Hay que decir que también es responsable de la catástrofe ocultada, una sociedad indolente que no prestó atención a las escasas voces que se atrevieron en su momento a señalar lo que pasaba. Muchos medios de comunicación contribuyeron a ocultar la información veraz. Los colegios profesionales también callaron interesadamente o demostrando también sumisión.
4. ¡Que regrese Ana Rosa! ¡Huay! Algunos panistas piden el retorno de la mujer que causó la división y la fractura más grande que haya tenido Acción Nacional. Si en 2007 la contadora Payán Cervera y Luis Correa MENA hubiesen aceptado humildemente su derrota en las elecciones internas del PAN ante Xavier Abreu, si le hubiesen levantado la mano al ganador del proceso interno, lo más seguro es que el PAN habría retenido el gobierno de Yucatán y los distritos 3 y 4 el 5 de julio. Pero la división encarnada por el berrinche de Ana Rosa destruyó —entre otros factores— la amplia ventaja que sobre Ivonne Ortega y el PRI tenía entonces el PAN, (más de 20% que marcaban todas las encuestas por encima del PRI, en diciembre de 2006). Por si fuera poco, Ana Rosa buscó intencionadamente la derrota del blanquiazul para competir con las siglas pejistas de Convergencia-PT, sólo por el gustazo de ver perder al PAN, al que renunció despechada por su derrota en las internas panistas ante Xavier. Si usted fuese del PAN, ¿la llamaría a “salvar” al partido que ella misma pateó y disfrutó ver perder? En el PRI tambien echan porras risueñamente ¡Ana Rosa! ¡Ana Rosa! Ra- ra-rraaa!!!
5. ¿Para quien trabaja Julio Garrido? Seguro que para los azules no. Quien pide el regreso de Ana Rosa sabe muy bien que el retorno de la señorita Payán es estatutariamente inviable, ya que quien renunció a ese partido no puede reingresar al mismo en tres años a partir de la renuncia y sólo si fuese aprobado por su Comité Ejecutivo Nacional. ¿Qué busca entonces Julio en este húmedo mes de julio? Basta ser mínimamente avezado para darse cuenta de que le hace el trabajo al PRI desde el interior del panismo. Muchos reporteros saben de sus constantes reuniones con el diputado Berlín Montero, líder del PRI en la Cámara de Diputados y de otros muchos mal disimulados acuerdos con personajes del gobierno del estado. Las constantes críticas de Garrido y la diputada Sofía Castro Romero a la directiva panista —a la anterior y a la actual— han contribuido enormemente a profundizar la imagen de división que ha dañado al blanquiazul. Los votos por un partido que luce desunido siempre son menos. Vea si no, el PRD a nivel nacional. Si algo hay que alabarle al PRI de hoy es su unidad actual y su espíritu de cuerpo.
6. Añoranzas del pasado. En lugar de andar camelando el retorno de cartuchos quemados y rancios —como Ana Rosa y Luis Correa Mena— a los que algunos añorantes llaman entre lamentos, el PAN debiera mirar a sus jóvenes. Sólo ahí encontrará ese partido una resurrección que vuelva a capturar el entusiasmo cívico de la ciudadanía. Entre los jóvenes que pueden dar el estirón están Renán Barrera Concha (suplente de Javier Medina Torre), Asis Cano Cetina (actual secretario general del CDE panista), Julio Sauma Castillo (en el área de capacitación y formación), por mencionar a algunos de los más destacados y preparados. El retorno de Ana Rosa y Correa solo atizaría la división. Probablemente eso es lo que busca Julio Garrido, quien los invoca ahora de nuevo, quizá bajo instrucciones de algún corrosivo e inteligente estratega tricolor: divide y vencerás.
7. Mirada afuera. El PAN se convirtió en un partido introspectivo. No alimentó sus ligas con organizaciones cívicas. La fórmula del futuro para resurgir tiene que ser dedicarse a formar jóvenes líderes, con una visión de que los adeptos tienen que ganarse afuera, no adentro. Mirar hacia atrás para volver a traer a liderazgos mesiánicos que además traicionaron a los panistas que sí se quedaron, sería suicida y sería atentar contra la imaginación de las nuevas generaciones. Formación de una nueva generación de lideres juveniles, con clara visión de conquistar a los potenciales activistas que seguramente existen en las universidades, en las asociaciones, entre los jóvenes profesionales, con liderazgo social y comunitario. Yucatán necesita una oposición fuerte, del PAN y del PRD. En el PRD las cosas se ven más difíciles aún. El PRD fue borrado en esta elección yucateca.