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BOSTON, Massachussets, 17 de abril.- La mujer manchada de sangre, de aturdido de aspecto, que apareció en la primera página del Washington Post de ayer, fue identificada como Nicole Gross, preparadora físico de Carolina del Norte.
Gross, de 31 años, cuya foto pse volvió un icono de los atentados del Maratón de Boston, sufrió una fractura en la pierna, se le rompió el tobillo y resltó con daño tisular cuando la primera bomba estalló en la calle Boylston.
Ella había estado de pie en la línea de meta para animar a su madre, de 57 años de edad, Carol Downing.
De pie junto a Gross estabanb su marido Michael y su hermana Erika Brannock, de 29 años, maestra de preescolar de Maryland.
Las piernas de Brannock estaban tan malheridas que tuvieron que amputarle una desde la rodilla, dijo a la NBC su cuñado, Brian Gross.
Esta fotogragafía de Nicole en shock fue primera plana de periódicos de todo el mundo.
Escena caótica tras el atentado, donde se distingue a la ex nadadora.
En el caos que siguió a los atentados, Michael no pudo encontrar ni a su esposa ni a su cuñada; que se apresuró a hospitales independientes para la cirugía, de acuerdo con su hermano, Brian.
Tanto Nicole como Erika tenían programadas segundas cirugías ayer.
"Lo están haciendo bien", dijo Brian NBC.
Ex bombero de Charlotte, Michael es el dueño del prestigiado Club Atlético de Charlotte, donde Nicole trabaja como entrenadora de nadadores, ciclistas y triatletas.
Michael y Nicole son graduados de la Universidad de Tennessee, donde ambos compitieron en natación y equipos de buceo.
Nicole, antes del atentado, había elogiado en Facebook los logros deportivos de su madre, quien correr en el maratón.
Ayer, su madre escribió en un mensaje de Facebook, "Sé que la comunidad de corredores son un gran apoyo para Nicole y Michael", informó el Charlotte Observer. "He conocido a muchos de ellos, y todos ellos están tan maravilloso." (New York Post )
Nicole y su madre, Carol Downing, horas antes del Maratón.
Nicole Gross y su marido, Michael (derecha), estaban esperando a su madre, Carol, al terminar la carrera, cuando la bomba estalló.